¿Alberto en el banquillo? ¡Paren las rotativas! La justicia argentina, con la precisión de un cirujano borracho, confirmó el procesamiento del expresidente por violencia de género.
Parece que el «Alberto, te amo» de Fabiola tenía letra chica… ¡y vaya letra chica! Lesiones, amenazas, abuso de poder… ¡un combo completo! Si esto fuera un partido de fútbol, Alberto estaría viendo la roja desde el vestuario.
La defensa del exmandatario dice que él era la víctima. ¿Será que Fabiola le tiraba con los Martín Fierro? El misterio sigue… ¡y la justicia también! Próximamente en su sala de audiencias favorita.
Alberto Fernández, a un paso del juicio oral por violencia de género
La Cámara Federal porteña confirmó el procesamiento de Alberto Fernández por violencia de género contra Fabiola Yañez, ratificando la decisión del juez Julián Ercolini. Los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah votaron a favor, mientras que Roberto Boico presentó disidencia. El expresidente enfrenta cargos por dos hechos de lesiones leves y uno de lesiones graves, agravados por el vínculo, abuso de poder y amenazas coactivas. De esta manera, Fernández se convierte en el primer expresidente argentino en ser procesado por violencia de género.
Violencia y asimetría de poder
La resolución judicial describe un «contexto de violencia de género» signado por la «particular relación asimétrica de poder» entre Fernández y Yañez. Se corroboró que el expresidente ejerció «con habitualidad y de modo continuo» violencia psicológica contra Yañez, incluyendo acoso, hostigamiento, insultos y destrato. Además, se constataron episodios de violencia física recurrente. La Cámara Federal coincidió en que esta situación de vulnerabilidad y la desigualdad de poder fueron determinantes en los hechos.
La defensa de Fernández
La defensa de Alberto Fernández, a cargo de Silvina Carreira, apeló el fallo inicial, argumentando que el expresidente fue la víctima de la violencia, alegando que Yañez se tornaba violenta en estado de ebriedad y que él solo se defendía. Sin embargo, los camaristas Irurzun y Farah rechazaron estos argumentos, considerando que las pruebas presentadas son suficientes para sostener la acusación. El juez Farah desestimó los planteos de vaguedad en la imputación y deficiencias en el razonamiento del juez Ercolini. Fernández también solicitó la nulidad de la causa e insistió en su inocencia, pero sus argumentos no fueron suficientes para revertir el procesamiento. El expresidente podría enfrentar una pena de entre 3 y 18 años de prisión.