Bombas en el Nuevo Gasómetro: ¿acto vandálico o interna en San Lorenzo?

Redacción Cuyo News
3 min
Cortito y conciso:

Bochorno en el Nuevo Gasómetro: bombas de estruendo empañan el festejo canalla y profundizan la crisis en San Lorenzo. La dirigencia cuerva, cual Palermo en la Libertadores, está más afuera que adentro.

Bomba(s) de tiempo en Boedo: ¿autoboicot o opereta berreta?

El festejo agónico de Rosario Central en el Bidegain, con gol de Copetti incluido, quedó opacado por un estallido que nada tuvo que ver con la euforia canalla. Bombas de estruendo, lanzadas desde la popular local, casi suspenden el partido y dejaron más preguntas que respuestas. ¿Fue la barra? ¿Hinchas autoboicoteándose cual Mostaza Merlo tirando centros para atrás? ¿Una opereta para desestabilizar aún más al club? Lo cierto es que la situación, ya caliente por la crisis dirigencial, ahora arde como el infierno… aunque viendo el rendimiento de San Lorenzo, más bien parece un purgatorio tibio.

San Lorenzo: un club en llamas buscando bombero… ¿o piromaníaco?

La ausencia de Néstor Navarro, vice 1° que debería haber tomado las riendas tras el pedido de licencia de Marcelo Moretti, solo echó nafta al fuego. El uruguayo, con más ausencias que Palermo en los penales, decidió ver el partido por TV desde su casa… ¿Con el mate y los bizcochitos? Mientras tanto, el futuro del Ciclón es tan incierto como el destino de un centro de Bertolo. Se espera la respuesta del misterioso empresario ganadero que suena como posible salvador, pero los rumores indican que está más afuera que adentro. Si esto sigue así, vamos a terminar pidiendo a Caruso Lombardi como DT y a Tinelli como presidente. Al menos, rating tendríamos.

El Ciclón en octavos: ¿con la cabeza en la Copa o en el incendio?

En medio del caos institucional y con un equipo que juega como si le hubieran dado mate cocido en vez de Gatorade, San Lorenzo se prepara para los octavos de final. Ya clasificado, pero con el fantasma de las sanciones por el incidente de las bombas revoloteando como el espíritu de Bilardo en un entrenamiento. ¿Podrá el equipo abstraerse de la debacle dirigencial y enfocarse en lo deportivo? ¿O terminará como el Beto Alonso en el ’86, con la cabeza en cualquier lado menos en la cancha? Una cosa es segura: este San Lorenzo da para meme, para análisis psicológico y para tesis doctoral en administración desastrosa.

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