La Argentina volvió a protagonizar una controvertida votación en las Naciones Unidas luego de que que Mongolia propusiera una resolución, totalmente inocua, sobre el Día Mundial del Caballo, que votó a favor una mayoría de la comunidad internacional, salvo Estados Unidos.
La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el proyecto de resolución que proclama el 11 de julio como Día Mundial del Caballo.
El gobierno de Donald Trump volvió cuestionar la mención a la llamada Agenda 2030 sobre desarrollo sustentable en el preámbulo del texto, lo que hizo que Argentina se alineara detrás de Israel que, en lugar de votar en contra, dejó su banca vacía.
La diferencia con Argentina, entre ambos aliados con los que el Presidente Milei ordenó alinearse en todas las votaciones de las Naciones Unidas, es que aquí el campo, y por lo tanto la figura del caballo ocupan un lugar central en la cultura, la economía, el deporte y el turismo.
El Pato, nuestro deporte nacional, se practica a caballo, con los jugadores que intentan meter la pelota en el aro del equipo contrario. Parecido al Polo, aunque no igual.
En diciembre pasado, el presidente Javier Milei y su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, estuvieron en la gran final de Polo, en el gran duelo entre La Dolfina y La Natividad. Argentina es un competitivo exportador de caballos de Polo.
Ahora, en Naciones Unidas, esquivó el voto. Pero el consenso fue tan grande que votaron a favor las democracias liberales como los miembros de la Unión Europea (incluyendo la díscola Hungría, aliada de Milei), Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelandia; los países islámicos; China; Rusia; los miembros de la Unión Africana; y los principales países latinoamericanos.
Al igual que Israel, la Argentina dejó la banca vacía para no tener que votar, para no contrariar a EEUU, el único país del mundo en votar en contra.
Otros países pequeños como Bolivia, Benin, Honduras, Papúa Nueva Guinea, Ruanda y Sierra Leona tampoco emitieron su voto, pero es una conducta común en ellos porque se trata de delegaciones muy pequeñas que a veces no tienen un delegado disponible para negociar el texto de la resolución con la que pueden tener diferencias. Venezuela no votó porque está suspendida al no tener sus cuotas al día.
Si bien en una primera lectura puede parecer superficial que la Argentina no haya dado su apoyo a esta resolución, el no haber emitido su voto tiene repercusiones negativas en la imagen internacional del país.
Si bien, como señaló la oficina de prensa de la ONU, en esta votación se planteó una preocupación por el creciente número de celebraciones internacionales y la carga operativa y financiera que suponen sobre los Estados miembros y la Secretaría de las Naciones Unidas”, la posición argentina volvió a sorprender.
ruptura con la tradición diplomática
En primer lugar, rompió con una tradición de nuestra política exterior de estar presentes y votar (puede ser a favor, en contra o en abstención) cada una de las resoluciones que se presentan en el ámbito de las Naciones Unidas, no importa su contenido.
Desde los tiempos de la Sociedad de las Naciones la Argentina fue uno de los Estados que más contribuyó al desarrollo del multilateralismo y al derecho internacional público. Afirman expertos consultados que no votar implica una actitud deshonrosa de no asumir la responsabilidad y las obligaciones inherentes a la condición de miembro de las Naciones Unidas.
Es una conducta considerada disruptiva e irresponsable a la vez, porque el Estado que la practica no deja conocer su posición sobre el asunto que se está debatiendo. Es como esconderse en la toma de decisiones.
alineamiento incondicional
En segundo lugar, el proceder argentino implicó enfrentarse innecesariamente con el resto de la comunidad internacional por una resolución cuyo objeto y fin era totalmente inofensivo. La Argentina necesita de la ayuda de los miembros de las Naciones Unidas y del multilateralismo en general para avanzar en cuestiones de máxima prioridad como la cuestión Malvinas, entre otras.
En tercer lugar, volvió a demostrar que la política exterior argentina está totalmente alineada con la de Israel y de Estados Unidos, como quedó demostrado también con la solicitud de retiro de la Organización Mundial de la Salud, organismo del cual nuestro país obtenía mayores beneficios que costos.
O con otras votaciones en contra sobre los derechos de niñas y mujeres o pueblos indígenas. Argentina además se abstuvo de condenar la invasión de Rusia a Ucrania buscando no disgustar a Washington.
Y anteriormente, hay que recordar, la furia del presidente Milei con su canciller Diana Mondino, a quien despidió cuando se votó como tradicionalmente en favor de una moción para el levantamiento del embargo a Cuba que mantiene Estados Unidos.
La propuesta mongola
De acuerdo a la información de ONU, al presentar su proyecto de resolución, el representante de Mongolia describió al caballo como «uno de los animales más importantes en la historia de la humanidad» y señaló su papel en el transporte, la agricultura, la agricultura y la minería, así como en campos recreativos como las carreras de caballos y el turismo.
La cantidad de caballos, razas y la propia industria de los caballos están disminuyendo debido a los cambios en los estilos de vida, los avances tecnológicos, las fluctuaciones económicas y los factores ambientales, señalaron. Pero en muchos países son parte de una cultura nómada pastoral. «El texto tiene como objetivo fomentar acciones concretas para apoyar la industria equina y conservar el patrimonio cultural de los caballos,» indicó el texto.
Pero el representante de Trump expresó su preocupación por su referencia preambular a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La Agenda «incude en la soberanía del Estado como una forma suave de gobernanza global», protestó, en un discurso que tiene sintonía con el de los libertarios.