<div class="semiton-wrapper" data-texto="Misiones, tierra de yerba y sorpresas electorales. Donde un candidato detenido, ¡sí, detenido!, por ‘sedición y conspiración’ te saca casi el 13% de los votos y se te mete, esposado y todo, en la Legislatura.
El tipo, Ramón Amarilla, lideró protestas policiales, lo metieron preso en septiembre y ahora, desde la cárcel, casi que te entra a la política por la puerta grande. Y no, no es chiste, aunque parezca guión de comedia negra.
Dicen que planeaban incendios y quedarse con las autobombas. Un plan ‘brillante’, de esos que solo se le ocurren a la mente maestra que mezcla el delito con la pasión por los vehículos de emergencia.
Y como frutilla del postre, el fiscal que lo impugnó es primo del gobernador. Coincidencias de la vida, ¿viste? O quizás simplemente la política misionera nos da material de sobra para el ‘shitposting’ de alta gama.">
De acuerdo con los primeros datos oficiales emanados tras los comicios celebrados este domingo en la provincia de Misiones, la lista encabezada por **Ramón Amarilla**, denominada “Por la vida y los valores”, conseguía un significativo 12,79% de los sufragios, lo que la posiciona con **firmes posibilidades de ingresar a la Legislatura provincial**. Lo distintivo de esta situación reside en la particularidad de que el mencionado candidato **se encuentra privado de su libertad**, imputado bajo los cargos de “sedición y conspiración” contra el gobierno provincial.
Con un escrutinio preliminar que alcanzó el 55% de las mesas computadas hacia la medianoche del domingo, la nómina liderada por el suboficial retirado se ubicaba en la tercera posición, detrás de la Libertad Avanza, que alcanzó el 20,7%, y del oficialista Frente Renovador, que se posicionó en el primer lugar con el 30,3%. De confirmarse el porcentaje obtenido, se trataría de un hito en la provincia, constituyendo la **primera vez que una persona detenida se presenta a elecciones y logra acceder a una banca**, además de las potenciales tres bancas adicionales que podrían corresponder a su espacio político.
Incluso, voceros de su espacio político, como Germán Palavecino, destacaron el resultado calificándolo como una “muy buena elección” para el candidato. Asimismo, resaltó el triunfo obtenido en las 25 mesas de la localidad de Garupá. Al respecto, declaró ante la prensa local que, según sus propios cómputos, la tendencia en Garupá era “Ramón primero, Renovación segunda y LLA tercera”.
Amarilla, señalado como uno de los principales referentes de los movimientos de protesta policial que tuvieron lugar a principios del 2024 en demanda de mejoras salariales, se encuentra **detenido desde septiembre en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul, cumpliendo prisión preventiva**.
El camino a la papeleta desde los barrotes
La postulación de Amarilla había sido inicialmente impugnada por el fiscal electoral Flavio Marino Morchio, quien cabe destacar es primo del gobernador de filiación justicialista, Hugo Passalacqua. La objeción se fundamentó en el proceso judicial que enfrenta el candidato. No obstante, el Tribunal Electoral de Misiones desestimó la impugnación, oficializó la candidatura y permitió su participación en el acto electoral.
La incursión en el ámbito político del exintegrante de la fuerza fue impulsada por el diputado del Pro Miguel Núñez –quien posteriormente fue apartado del macrismo– y anunciada por el propio expolicía, incluso, desde la unidad penitenciaria donde actualmente reside.
La génesis de la imputación
Como reportó *Clarín*, la causa judicial que involucra a Amarilla y a otros siete efectivos policiales tuvo su origen a raíz de la denuncia de **un oficial “arrepentido” que habría filtrado una serie de supuestos mensajes** intercambiados por los uniformados en un grupo de la aplicación WhatsApp denominado “Sólo cola”. En ese espacio virtual, se habrían planificado, presuntamente, acciones para generar incendios en la periferia de Posadas con el posterior propósito de apropiarse de las autobombas y móviles policiales.
La hipótesis de la parte acusadora sostiene que la intención detrás de estos supuestos planes era la de ejercer presión sobre el gobierno provincial para «mantener la amnistía» que se había otorgado a todos los policías que se habían autoacuartelado en mayo del año anterior, en el marco de las protestas contra la administración gubernamental.
En reiteradas oportunidades, Amarilla ha negado categóricamente las acusaciones en su contra y ha sostenido que el proceso judicial es, en realidad, parte de una represalia por haber asumido el liderazgo del reclamo salarial de la fuerza de seguridad.
