El karma tuitero: milei fulmina a mengolini por un ‘vuelto’ incómodo
En un nuevo round de su ya clásica pugna con el periodismo, el presidente Javier Milei volvió a subirse al ring digital para cruzar a Julia Mengolini. La chispa que encendió la polémica fue la queja de la periodista por acusaciones de incesto lanzadas por supuestos «trolls libertarios». Mengolini, visiblemente afectada, deslizó la posibilidad de iniciar acciones legales, lo que no pasó desapercibido para el mandatario.
«Decime que sos parte del periodismo basura sin decirlo», disparó Milei en su cuenta de X, con la agilidad de un tuitero experimentado. La frase, lapidaria como pocas, apuntó directamente a Mengolini: «Parece que cuando ella pega con sus mentiras está bien pero cuando le viene el vuelto llora y quiere ir a la justicia». Un derechazo directo al mentón de la coherencia.
La furia presidencial se desató luego de que un «troll libertario» (una especie en vías de expansión, al parecer) replicara un extracto de una entrevista radial de Mengolini. En ella, la conductora consultaba al constitucionalista Andrés Gil Domínguez sobre la viabilidad de denunciar una campaña de desprestigio que la vinculaba sentimentalmente con su hermano. «Este fin de semana una diputada nacional posteó que yo tenía relaciones incestuosas con mi hermano, lo aseguraron y me atacaron las fuerzas de asalto digital (…) ¿Se puede hacer algo? ¿Vos me lo recomendarías?», preguntó Mengolini, con un tono que dejaba entrever la vulnerabilidad de quien se siente acorralada por el escarnio público.
El letrado, con la templanza que exige su profesión, le sugirió responder a las acusaciones a través de los medios, aprovechando su exposición. Mengolini, sin embargo, insistió: «¿Si yo te pidiera que fueras mi abogado porque quiero hacer algo porque llegaron demasiado lejos, ¿vos me dirías que pedimos que se baje el tuit (…) o qué?».
El efecto bumerán: de incestar al presidente a ser incestado por los trolls
La indignación de Milei tiene un anclaje en el pasado, un antecedente que, como suele ocurrir, volvió para asestar un golpe moral. El presidente recordó que, en mayo de 2023, en el programa «Duro de Domar», la propia Mengolini lanzó una acusación similar. En ese entonces, Milei no era aún el candidato presidencial más votado, pero la periodista no dudó en afirmar, esbozando una sonrisa irónica: «Es un señor que vive con ocho perros y está enamorado de su hermana».
La acusación no se quedó ahí. Mengolini redobló la apuesta, apelando a sus estudios de antropología para sentenciar: «Está enamorado de la hermana y eso no está bien», aludiendo al tabú universal del incesto. Una lectura cuasi académica que hoy se le vuelve en contra.
El año pasado, Milei ya había aludido a estos dichos, tildando a Mengolini de «mentirosa» y recordándole que ella «dijo que duermo con mis ocho perros y tengo sexo con mi hermana». Y para despejar cualquier fantasía canina, el mandatario aclaró con precisión felina (o canina, según se mire): «Mis perros son mastines ingleses que en dos patas miden entre 1,8m y 2m y pesan entre 80 y 100 kilos. No hay modo que entren dos en una cama si estoy en la misma». Una aclaración que, de paso, sirvió para desmentir cualquier acusación de promiscuidad o desorden en su lecho, y para reafirmar su amor por sus «hijitos de cuatro patas».
La diputada nacional a la que Mengolini aludió, aunque sin nombrarla, resultó ser Lilia Lemoine, también integrante de las filas libertarias y amiga cercana del presidente. Lemoine no tardó en hacerse eco de los posteos virales y acusó a la periodista de «mentirosa, contradictoria y encima hipócrita». El culebrón mediático-político-tuitero, señoras y señores, continúa. Y parece que tendrá más capítulos.