Al principio, OpenAI perdía plata, ¡insólito! Pero Altman plantó bandera: arrancó la era de los chatbots carozzi. ¡Anthropic, Google y otros se sumaron a la fiesta!
¿Quién paga esto? Dos bandos: los ricachones de Silicon Valley que les sobra la guita y quieren probar lo último, y los que la están juntando gracias a la IA. ¡Cada loco con su tema!
El precio de la inteligencia artificial: ¿por qué los chatbots premium cuestan una fortuna?
El debate está abierto: ¿por qué desembolsar 200 dólares (o más) al mes por un chatbot? La respuesta, según el CEO de OpenAI, Sam Altman, es sencilla: «Yo personalmente elegí el precio y pensé que ganaríamos más dinero», escribió en X. Una declaración que, si bien directa, no revela la complejidad detrás de esta nueva ola de suscripciones premium en el mundo de la inteligencia artificial.
El plan ChatGPT Pro, lanzado a finales del año pasado, prometía acceso casi ilimitado al chatbot y prioridad en el lanzamiento de nuevas funciones. Sin embargo, un mes después de su lanzamiento, Altman admitió que OpenAI aún perdía dinero con la suscripción. ¿Entonces, por qué mantener el precio?
El efecto ChatGPT Pro: una tendencia costosa
A pesar de las pérdidas iniciales, el lanzamiento de ChatGPT Pro sentó un precedente. Marcó el inicio de una era de suscripciones caras para acceder a chatbots, una tendencia que fue rápidamente imitada por la competencia.
En abril, Anthropic lanzó Claude Max por 200 dólares al mes. Google siguió con su plan AI Ultra para Gemini, que cuesta 250 dólares mensuales e incluye almacenamiento en la nube. A estas ofertas se sumaron Cursor Ultra para la codificación asistida por IA y Perplexity Max para la búsqueda asistida por IA, ambos con un precio de 200 dólares al mes. La última incorporación, y la más costosa hasta el momento, es el plan SuperGrok de xAI, que asciende a 300 dólares.
¿Quiénes son los usuarios de estos planes premium?
Allie K. Miller, una consultora de negocios que está suscrita a varios de estos planes, identifica dos grupos principales de usuarios. Por un lado, están los «iniciados» de Silicon Valley, personas con recursos que buscan experimentar con las últimas tecnologías, incluso si son costosas. Para ellos, el valor reside en la exclusividad y la sensación de ser «exploradores de la nueva era».
Por otro lado, están aquellos que ven estas herramientas como una inversión. «Estamos recuperando ese dinero con el tiempo ahorrado o los ingresos obtenidos en muy poco tiempo», explica Miller. Este grupo incluye desde inversores que automatizan sus comunicaciones por correo electrónico hasta desarrolladores de software que codifican con asistencia de IA y banqueros de inversión que utilizan estas herramientas para el análisis del mercado.
Dmitry Shevelenko, director comercial de Perplexity, confirma esta tendencia: la mayoría de los suscriptores del plan Max utilizan la herramienta para generar ingresos.
En definitiva, la suscripción premium a chatbots parece ser un mercado en expansión, impulsado tanto por la búsqueda de exclusividad como por la necesidad de herramientas más eficientes para profesionales y empresas. La pregunta que queda en el aire es si esta tendencia se mantendrá en el tiempo o si los precios, eventualmente, se ajustarán a una realidad económica más tangible.