Este jueves se celebra el Día Mundial de los Faros, una fecha destinada a reconocer la importancia histórica y operativa de estas emblemáticas torres luminosas que guían a las embarcaciones durante la navegación nocturna o en condiciones climáticas adversas. Más allá de su valor técnico, los faros simbolizan resistencia, orientación y permanencia frente a la inmensidad del mar.
Orígenes de la celebración
La conmemoración tuvo su origen en Estados Unidos, con motivo de la firma de la Ley para el Establecimiento y Apoyo de Faros, Balizas y Boyas en 1789. Desde entonces, varios países se han sumado a la iniciativa, reconociendo cada 7 de agosto como el “Lighthouse Day”, o Día Mundial del Faro.
Argentina: 62 faros y un legado que ilumina la historia
El Sistema de Hidrografía Naval de la Armada Argentina registra 62 faros operativos a lo largo del litoral atlántico. Catorce de ellos han sido declarados Monumento Histórico Nacional, y muchos se encuentran en enclaves naturales de gran belleza y valor estratégico.
Entre los más destacados se encuentran el Faro Recalada a Bahía Blanca, inaugurado en 1906 en el sur de Buenos Aires; el Faro de Cabo Vírgenes en Santa Cruz, uno de los más australes del país; y el Faro de Punta Mogotes en Mar del Plata. También se destaca el Faro de San Jorge, en Península Valdés, en plena Patagonia.
El faro del Palacio Barolo: un símbolo porteño
En la Ciudad de Buenos Aires, el Palacio Barolo alberga el único faro urbano del país. Ubicado a 100 metros de altura, se trata de una luminaria giratoria instalada en la cúpula del edificio, cuya estructura se inspira en la Divina Comedia de Dante Alighieri.
El faro simboliza el Paraíso, como coronación espiritual del edificio. A lo largo de su historia, ha emitido señales conmemorativas, como en 1923 para anunciar el resultado del combate entre Firpo y Dempsey, en 1945 para señalar el fin de la Segunda Guerra Mundial y desde 2010, como Faro del Bicentenario Argentino.
Un faro con historia: el de San Juan de Salvamento
El faro original del Fin del Mundo se levantó en la Isla de los Estados en 1884, por iniciativa del comodoro Augusto Lasserre. Fue una construcción de madera de lenga, de apenas 5 metros de altura, con lámparas de queroseno y cristales con lentes de Fresnel.
Debido a su ubicación poco favorable y al clima adverso, fue reemplazado en 1902 por el Faro Año Nuevo, situado en la Isla Observatorio. El Faro de San Juan de Salvamento había sido clave en la asistencia de naufragios, pero terminó por dejar su lugar a una estructura más eficiente.
Faros del mundo: íconos de luz y turismo
Varios faros internacionales se han convertido en referentes turísticos y patrimoniales: