El brutal femicidio de Brenda Micaela Torres, la joven de 21 años que fue asesinada y descuartizada, ha entrado en una nueva y macabra fase. A la conmoción inicial por el hallazgo de sus restos esparcidos en distintos puntos de la ciudad, se suma ahora el descubrimiento de más restos humanos en las últimas horas en una zona cercana, manteniendo en vilo a la comunidad y profundizando una investigación que ya cuenta con dos detenidos y ha sido caratulada como femicidio.
La investigación, que sacude a la provincia de Córdoba, se centra en determinar si los nuevos restos óseos, encontrados este fin de semana en el barrio Chateau Carreras —a unos 750 metros de donde se ubicó la “casa del horror”—, corresponden al cuerpo de Brenda. Personal del Departamento de Homicidios y de la Policía Judicial trabaja intensamente en el lugar bajo las órdenes del fiscal Horacio Vázquez, quien lidera una causa que ha revelado una trama de extrema vulnerabilidad y violencia.
La cronología de un crimen atroz
El caso comenzó a finales de julio de 2025, cuando un trabajador de limpieza encontró una mano y un antebrazo en bolsas de basura en el barrio Chateau Carreras. Los días siguientes fueron una sucesión de hallazgos espeluznantes: más extremidades aparecieron en las inmediaciones de la Avenida Cárcano.
La investigación dio un giro decisivo cuando los investigadores, gracias al análisis de cámaras de seguridad, lograron identificar una vivienda en la calle Horneros al 574. En este domicilio, descrito por los vecinos como “la casa del horror”, se encontraron finalmente las partes restantes del cuerpo de Brenda. En el operativo fueron detenidos dos hombres, de 38 y 50 años, quienes cuidaban la propiedad y ahora son los principales sospechosos del crimen. Se presume que la joven fue asesinada en esa casa y posteriormente desmembrada para ocultar el crimen.
El contexto de vulnerabilidad y el giro a femicidio
El caso de Brenda Torres ha puesto de manifiesto una cruda realidad social. La joven, según el relato de su propio padre, Roque Torres, se encontraba en una situación de extrema vulnerabilidad, luchando contra una fuerte adicción a las drogas que la había llevado a vivir en la calle. Su familia había perdido contacto regular con ella y vivía con la angustia constante por su bienestar. “Estaba mal, mal por la droga. Le cambió toda la personalidad”, relató su padre a los medios.
Inicialmente caratulada como “hallazgo de restos humanos”, la causa fue recalificada por el fiscal Vázquez como homicidio calificado por el uso de arma de fuego y por mediar violencia de género (femicidio). La abogada de la familia, Daniela Morales Leanza, explicó que el fiscal consideró la “situación desproporcionada de desigualdad” y la vulnerabilidad extrema en la que se encontraba Brenda frente a sus agresores como elementos determinantes para el cambio de carátula.
Investigación en curso y el clamor de justicia
Mientras los peritos forenses trabajan para confirmar si los nuevos restos pertenecen a Brenda, la fiscalía avanza en el análisis de los teléfonos celulares de los detenidos y otras pruebas recolectadas en la “casa del horror”. La comunidad y la familia de Brenda, destrozada por el dolor, claman por justicia. “No me la estén dando en pedazos o cuotas, necesito velar a mi hija”, fue el desgarrador pedido de su madre, Graciela Paredes, en medio de la búsqueda.
El nuevo hallazgo reaviva el horror y la incertidumbre, planteando la posibilidad de que los femicidas hayan esparcido los restos de la joven en un área aún más amplia de lo que se pensaba. La investigación continúa, y cada nuevo detalle agiganta la dimensión de un crimen que ha conmocionado a toda Argentina.
Resumen (No indexar)
La investigación por el femicidio de Brenda Micaela Torres, joven de 21 años asesinada y descuartizada en Córdoba, suma un nuevo hallazgo de restos humanos en barrio Chateau Carreras, a pocos metros de la denominada 'casa del horror'. El caso, que ya tiene dos detenidos, fue recaratulado como femicidio y mantiene en vilo a la comunidad mientras se analizan las pruebas y se intenta determinar si las piezas halladas pertenecen a la víctima.
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El brutal femicidio de Brenda Micaela Torres, la joven de 21 años que fue asesinada y descuartizada, ha entrado en una nueva y macabra fase. A la conmoción inicial por el hallazgo de sus restos esparcidos en distintos puntos de la ciudad, se suma ahora el descubrimiento de más restos humanos en las últimas horas en una zona cercana, manteniendo en vilo a la comunidad y profundizando una investigación que ya cuenta con dos detenidos y ha sido caratulada como femicidio.
La investigación, que sacude a la provincia de Córdoba, se centra en determinar si los nuevos restos óseos, encontrados este fin de semana en el barrio Chateau Carreras —a unos 750 metros de donde se ubicó la “casa del horror”—, corresponden al cuerpo de Brenda. Personal del Departamento de Homicidios y de la Policía Judicial trabaja intensamente en el lugar bajo las órdenes del fiscal Horacio Vázquez, quien lidera una causa que ha revelado una trama de extrema vulnerabilidad y violencia.
La cronología de un crimen atroz
El caso comenzó a finales de julio de 2025, cuando un trabajador de limpieza encontró una mano y un antebrazo en bolsas de basura en el barrio Chateau Carreras. Los días siguientes fueron una sucesión de hallazgos espeluznantes: más extremidades aparecieron en las inmediaciones de la Avenida Cárcano.
La investigación dio un giro decisivo cuando los investigadores, gracias al análisis de cámaras de seguridad, lograron identificar una vivienda en la calle Horneros al 574. En este domicilio, descrito por los vecinos como “la casa del horror”, se encontraron finalmente las partes restantes del cuerpo de Brenda. En el operativo fueron detenidos dos hombres, de 38 y 50 años, quienes cuidaban la propiedad y ahora son los principales sospechosos del crimen. Se presume que la joven fue asesinada en esa casa y posteriormente desmembrada para ocultar el crimen.
El contexto de vulnerabilidad y el giro a femicidio
El caso de Brenda Torres ha puesto de manifiesto una cruda realidad social. La joven, según el relato de su propio padre, Roque Torres, se encontraba en una situación de extrema vulnerabilidad, luchando contra una fuerte adicción a las drogas que la había llevado a vivir en la calle. Su familia había perdido contacto regular con ella y vivía con la angustia constante por su bienestar. “Estaba mal, mal por la droga. Le cambió toda la personalidad”, relató su padre a los medios.
Inicialmente caratulada como “hallazgo de restos humanos”, la causa fue recalificada por el fiscal Vázquez como homicidio calificado por el uso de arma de fuego y por mediar violencia de género (femicidio). La abogada de la familia, Daniela Morales Leanza, explicó que el fiscal consideró la “situación desproporcionada de desigualdad” y la vulnerabilidad extrema en la que se encontraba Brenda frente a sus agresores como elementos determinantes para el cambio de carátula.
Investigación en curso y el clamor de justicia
Mientras los peritos forenses trabajan para confirmar si los nuevos restos pertenecen a Brenda, la fiscalía avanza en el análisis de los teléfonos celulares de los detenidos y otras pruebas recolectadas en la “casa del horror”. La comunidad y la familia de Brenda, destrozada por el dolor, claman por justicia. “No me la estén dando en pedazos o cuotas, necesito velar a mi hija”, fue el desgarrador pedido de su madre, Graciela Paredes, en medio de la búsqueda.
El nuevo hallazgo reaviva el horror y la incertidumbre, planteando la posibilidad de que los femicidas hayan esparcido los restos de la joven en un área aún más amplia de lo que se pensaba. La investigación continúa, y cada nuevo detalle agiganta la dimensión de un crimen que ha conmocionado a toda Argentina.