El Comité de Maltrato Infanto Juvenil del Hospital Dr. Guillermo Rawson lleva casi tres décadas de trabajo constante en la protección de niños, niñas y adolescentes víctimas o en riesgo de violencia. Creado en 1998, se ha consolidado como un espacio interdisciplinario que aborda situaciones de maltrato físico, emocional, abuso sexual, negligencia y abandono.
Un trabajo interdisciplinario y especializado
El Comité está integrado por psicólogas, trabajadoras sociales y una ginecóloga, quienes realizan sus intervenciones en el área de internación pediátrica. Allí, los pacientes permanecen hasta que se logre evaluar con precisión la situación y garantizar su resguardo. El abordaje incluye entrevistas al equipo médico, al paciente —cuando es posible— y a su entorno familiar, con el fin de determinar los pasos a seguir.
Violencias detectadas y procesos de evaluación
Los casos que llegan al Comité pueden abarcar desde la omisión de necesidades básicas (alimentación, educación, salud) hasta situaciones graves de maltrato emocional, físico o abuso sexual. La evaluación busca identificar si se trata de una carencia solucionable o un hecho de violencia que requiere intervención judicial o institucional.
Coordinación con la Justicia y organismos de protección
En situaciones de maltrato físico o abuso sexual, el Comité debe derivar de inmediato la denuncia a CAVIG o ANIVI, donde especialistas forenses realizan las evaluaciones correspondientes. Según el nivel de riesgo, se eleva informe a la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia o se realiza seguimiento territorial en coordinación con centros de salud.
Los desafíos de trabajar en un contexto de riesgo
Las profesionales reconocen que, además de la carga emocional, muchas veces enfrentan riesgos directos al intervenir en casos intrafamiliares. “El 90% de los casos provienen del ámbito familiar. En ocasiones, el agresor reacciona con violencia al enterarse de la investigación, lo que nos obliga a ser muy cautelosas para no exponer más al niño ni al equipo”, explicaron.
Un compromiso que no se detiene
El Comité se reúne semanalmente para revisar cada caso y definir los pasos a seguir. Aunque la demanda es alta y la tarea compleja, su labor resulta vital para garantizar que ningún niño o adolescente en situación de vulnerabilidad quede sin protección. “No tenemos superpoderes, pero sí la responsabilidad de actuar con rapidez y precisión para salvar a una víctima”, resumieron desde el equipo.
El Comité de Maltrato Infanto Juvenil del Hospital Rawson cumple casi 30 años protegiendo a niños y adolescentes en situación de violencia. Con un abordaje interdisciplinario, evalúa casos de maltrato físico, emocional, abuso sexual y negligencia, articulando con la justicia y organismos de protección.
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El Comité de Maltrato Infanto Juvenil del Hospital Dr. Guillermo Rawson lleva casi tres décadas de trabajo constante en la protección de niños, niñas y adolescentes víctimas o en riesgo de violencia. Creado en 1998, se ha consolidado como un espacio interdisciplinario que aborda situaciones de maltrato físico, emocional, abuso sexual, negligencia y abandono.
Un trabajo interdisciplinario y especializado
El Comité está integrado por psicólogas, trabajadoras sociales y una ginecóloga, quienes realizan sus intervenciones en el área de internación pediátrica. Allí, los pacientes permanecen hasta que se logre evaluar con precisión la situación y garantizar su resguardo. El abordaje incluye entrevistas al equipo médico, al paciente —cuando es posible— y a su entorno familiar, con el fin de determinar los pasos a seguir.
Violencias detectadas y procesos de evaluación
Los casos que llegan al Comité pueden abarcar desde la omisión de necesidades básicas (alimentación, educación, salud) hasta situaciones graves de maltrato emocional, físico o abuso sexual. La evaluación busca identificar si se trata de una carencia solucionable o un hecho de violencia que requiere intervención judicial o institucional.
Coordinación con la Justicia y organismos de protección
En situaciones de maltrato físico o abuso sexual, el Comité debe derivar de inmediato la denuncia a CAVIG o ANIVI, donde especialistas forenses realizan las evaluaciones correspondientes. Según el nivel de riesgo, se eleva informe a la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia o se realiza seguimiento territorial en coordinación con centros de salud.
Los desafíos de trabajar en un contexto de riesgo
Las profesionales reconocen que, además de la carga emocional, muchas veces enfrentan riesgos directos al intervenir en casos intrafamiliares. “El 90% de los casos provienen del ámbito familiar. En ocasiones, el agresor reacciona con violencia al enterarse de la investigación, lo que nos obliga a ser muy cautelosas para no exponer más al niño ni al equipo”, explicaron.
Un compromiso que no se detiene
El Comité se reúne semanalmente para revisar cada caso y definir los pasos a seguir. Aunque la demanda es alta y la tarea compleja, su labor resulta vital para garantizar que ningún niño o adolescente en situación de vulnerabilidad quede sin protección. “No tenemos superpoderes, pero sí la responsabilidad de actuar con rapidez y precisión para salvar a una víctima”, resumieron desde el equipo.