Barçagate: Revelan cómo Bartomeu manipuló encuestas online

Redacción Cuyo News
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Cortito y conciso:

Una investigación revela que Josep Maria Bartomeu, expresidente del Barcelona, habría pagado millones a una empresa argentina, Nicestream, para manipular encuestas y mejorar su imagen en redes sociales entre 2017 y 2020. Un ex empleado detalla cómo operaba la «máquina de fango» desde Buenos Aires, utilizando bots y otras tácticas para influir en la opinión pública. Bartomeu ha solicitado declarar ante el juez tras la publicación del informe.

En el fútbol, como en la política, las encuestas parecen ser un termómetro crucial. Pero, ¿qué pasa cuando ese termómetro está trucado? El caso de Josep Maria Bartomeu, expresidente del Barcelona, nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de la opinión pública y los métodos, a veces turbios, que se emplean para moldearla.

En septiembre de 2018, Bartomeu se enfrentó a una encuesta en el programa El Transistor de Onda Cero. Lo que parecía una simple consulta popular terminó siendo una demostración de cómo se puede manipular la percepción pública. Inicialmente, el rechazo a su gestión era evidente, pero un giro inesperado revirtió los resultados. ¿Casualidad? Según una investigación reciente, más bien causalidad.

## El Barçagate y la «máquina de fango»: ¿operación de imagen o manipulación sistemática?

La investigación revela que Bartomeu habría desembolsado 2,3 millones de euros a Nicestream, una empresa argentina, con un objetivo claro: blindar su imagen en redes sociales. Entre 2017 y 2020, esta «máquina de fango» operó desde las sombras, utilizando estrategias que van desde la automatización de votos hasta la creación de ejércitos de bots.

Un ex empleado de Nicestream, en diálogo con la prensa, describió el modus operandi: «Las encuestas las hacían desde Buenos Aires. Programaban varios ordenadores para que fueran votando solos y luego pasaban una factura que echaba para atrás». La operación, según el testimonio, era relativamente sencilla para un grupo de informáticos con los recursos adecuados.

Cuando las encuestas requerían medidas de seguridad más sofisticadas, como la limitación por dirección IP, Nicestream recurría a VPNs o Tor para simular diferentes ubicaciones. Solo las encuestas con registro vía mail presentaban un desafío mayor. ¿Pero cuántas encuestas realmente verifican la identidad de cada votante?

### El «comando hacker» y la herramienta Eyewatch: los instrumentos de la manipulación

La investigación profundiza aún más y revela la existencia de un «comando hacker» con base en Argentina, encargado de tareas más complejas como «tumbar cuentas, bloquear webs, encuestas y cosas así». Este equipo, según el ex empleado, incluso viajó a Barcelona para capacitar a la Policía Nacional en temas de ciberseguridad. ¿Formación o un intento de cooptación? La pregunta queda flotando en el aire.

Para operar en Twitter, Nicestream contaba con Eyewatch, una herramienta que permitía gestionar bots y votar masivamente en encuestas. «Bastaba con identificar la encuesta en Twitter, encontrar la cantidad de votos realizados y los porcentajes de cada respuesta y calcular la cantidad de votos que tenía cada respuesta», explicó el ex empleado. Un cálculo frío y preciso para inclinar la balanza a favor de Bartomeu.

## Más allá de las encuestas: ¿cuál es el verdadero impacto de la manipulación en redes?

El caso Bartomeu no es un hecho aislado. Revela una tendencia preocupante: la utilización de recursos para manipular la opinión pública en el mundo digital. Las encuestas, en este contexto, son solo la punta del iceberg. La creación de noticias falsas, la amplificación de mensajes a través de bots y la difamación de opositores son tácticas cada vez más comunes.

¿Qué tan efectivo es este tipo de manipulación? Es difícil medirlo con precisión, pero el ex empleado de Nicestream lo tiene claro: «En realidad lo fundamental es hacer saber que esto existe y que no se coman el primer mensaje que les ponen delante. Que el pensamiento crítico es importante». Una advertencia que resuena en tiempos de fake news y posverdad.

El caso Bartomeu nos obliga a preguntarnos sobre la ética en el manejo de la información y el poder de las redes sociales. ¿Estamos preparados para identificar y combatir la manipulación? ¿O seguiremos siendo víctimas de una realidad construida artificialmente? La respuesta, como siempre, está en manos de la sociedad.

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