
Con una determinación inquebrantable, La Cuyanía se prepara para su quinta edición, consolidándose como un faro cultural que ilumina las raíces musicales y las costumbres ancestrales de la región de Cuyo. Este encuentro, ya grabado a fuego en el calendario sanjuanino, invita a la comunidad a sumergirse en dos jornadas vibrantes donde el arte, la danza y los sabores autóctonos serán los protagonistas en un ambiente al aire libre, ideal para disfrutar en familia.
Lejos de ser un mero espectáculo, el festival se erige como una plataforma multifacética para el desarrollo. Impulsa el crecimiento profesional de los artistas de San Juan y fortalece la memoria cultural colectiva, operando bajo el paraguas del Proyecto Colectivo de Difusión de la Identidad Musical de San Juan “La Cuyanía”. Esta iniciativa subraya el compromiso de preservar y potenciar las diversas manifestaciones del folklore local, asegurando que las nuevas generaciones conecten con su herencia.
Un mosaico de expresiones y sabores
Durante las dos noches del evento, los asistentes tendrán la oportunidad de recorrer “El Paseíto”, una feria que albergará a más de cien emprendedores y artesanos, ofreciendo una ventana a la creatividad y el talento local. Simultáneamente, un sector gastronómico tentará los paladares con una exquisita selección de comidas típicas, invitando a un verdadero viaje culinario por la región.
El corazón sonoro del festival latirá en “El escenario de la Peña”. Por allí desfilarán figuras consagradas y nuevas voces que representan lo mejor de la música cuyana. La grilla incluye nombres de peso como Grupo Confluencia, Daniel Giovenco, Carlota de Belaustegui, Gustavo Troncozo, Los Barros, Abelino Cantos, Tres para Cuyo, Dúo Díaz Heredia, Los Videla, El Nuevo Encuentro, Ernesto Villavicencio, Noelia Cantos, Los Gajos de Pinono, Nano Rodríguez, Los Lucero de Jáchal, Diablito Martínez, Raúl Rizo y Los Labriegos, garantizando un repertorio variado y emotivo.
La expresión corporal tendrá su espacio de la mano de los bailarines Carlos Illanes y Cecilia Soler, quienes con su arte agregarán un componente visual y rítmico a la celebración. La conducción de estas veladas estará a cargo de la experimentada Laura Poblete y el carismático Jorge Maestre, quienes guiarán al público a través de cada momento del festival.
Legado y accesibilidad cultural
Con una planificación meticulosa y un compromiso inquebrantable, La Cuyanía sigue tejiendo un legado que entrelaza la tradición, el arte y la cohesión comunitaria. Cada edición reafirma la música cuyana no solo como un género, sino como un pilar fundamental de la identidad sanjuanina.
Para aquellos interesados en ser parte de esta celebración cultural, las entradas generales tendrán un valor de $3000 y podrán adquirirse directamente en el predio del evento. Una invitación abierta a ser parte de una experiencia que honra el pasado y celebra el presente de la cultura cuyana.
La Cuyanía celebra su quinta edición reafirmando su rol como epicentro de la cultura cuyana en San Juan. El festival, de dos jornadas, promueve la música, danza y gastronomía regional en un ambiente familiar y al aire libre, consolidándose como una plataforma crucial para el desarrollo artístico local y la preservación de las tradiciones. Contará con la feria “El Paseíto”, un sector gastronómico y destacados músicos y bailarines de la región. Las entradas tienen un costo de $3000 y se adquieren en el lugar.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Este evento, que promete «crecimiento intelectual, económico y afectivo» (básicamente, salir de casa, gastar unos pesos y quizás cruzarse a un primo), desplegará su arsenal cultural. Cien emprendedores intentarán hacer patria con sus artesanías en «El Paseíto», mientras el sector gastronómico garantiza que nadie se vaya sin su cuota de sabores típicos. El «escenario de la Peña» recibirá a un ejército de artistas que, suponemos, no estarán ahí solo por la «memoria cultural», sino también para que San Juan no pierda ese rito ancestral de aplaudir un gato o un chamamé hasta el cansancio.
Y sí, en medio de tanta tradición y «compromiso sostenido», las entradas generales cuestan la módica suma de $3000. Una ganga si consideramos el «legado» que se construye y el valor incalculable de ver a Los Labriegos por quinta vez. Al final, «La Cuyanía» no solo es un festival, es la prueba irrefutable de que la cultura, cuando quiere, puede ser más insistente que un cobrador de impuestos, pero con música y sin tanto papeleo.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial

Con una determinación inquebrantable, La Cuyanía se prepara para su quinta edición, consolidándose como un faro cultural que ilumina las raíces musicales y las costumbres ancestrales de la región de Cuyo. Este encuentro, ya grabado a fuego en el calendario sanjuanino, invita a la comunidad a sumergirse en dos jornadas vibrantes donde el arte, la danza y los sabores autóctonos serán los protagonistas en un ambiente al aire libre, ideal para disfrutar en familia.
Lejos de ser un mero espectáculo, el festival se erige como una plataforma multifacética para el desarrollo. Impulsa el crecimiento profesional de los artistas de San Juan y fortalece la memoria cultural colectiva, operando bajo el paraguas del Proyecto Colectivo de Difusión de la Identidad Musical de San Juan “La Cuyanía”. Esta iniciativa subraya el compromiso de preservar y potenciar las diversas manifestaciones del folklore local, asegurando que las nuevas generaciones conecten con su herencia.
Un mosaico de expresiones y sabores
Durante las dos noches del evento, los asistentes tendrán la oportunidad de recorrer “El Paseíto”, una feria que albergará a más de cien emprendedores y artesanos, ofreciendo una ventana a la creatividad y el talento local. Simultáneamente, un sector gastronómico tentará los paladares con una exquisita selección de comidas típicas, invitando a un verdadero viaje culinario por la región.
El corazón sonoro del festival latirá en “El escenario de la Peña”. Por allí desfilarán figuras consagradas y nuevas voces que representan lo mejor de la música cuyana. La grilla incluye nombres de peso como Grupo Confluencia, Daniel Giovenco, Carlota de Belaustegui, Gustavo Troncozo, Los Barros, Abelino Cantos, Tres para Cuyo, Dúo Díaz Heredia, Los Videla, El Nuevo Encuentro, Ernesto Villavicencio, Noelia Cantos, Los Gajos de Pinono, Nano Rodríguez, Los Lucero de Jáchal, Diablito Martínez, Raúl Rizo y Los Labriegos, garantizando un repertorio variado y emotivo.
La expresión corporal tendrá su espacio de la mano de los bailarines Carlos Illanes y Cecilia Soler, quienes con su arte agregarán un componente visual y rítmico a la celebración. La conducción de estas veladas estará a cargo de la experimentada Laura Poblete y el carismático Jorge Maestre, quienes guiarán al público a través de cada momento del festival.
Legado y accesibilidad cultural
Con una planificación meticulosa y un compromiso inquebrantable, La Cuyanía sigue tejiendo un legado que entrelaza la tradición, el arte y la cohesión comunitaria. Cada edición reafirma la música cuyana no solo como un género, sino como un pilar fundamental de la identidad sanjuanina.
Para aquellos interesados en ser parte de esta celebración cultural, las entradas generales tendrán un valor de $3000 y podrán adquirirse directamente en el predio del evento. Una invitación abierta a ser parte de una experiencia que honra el pasado y celebra el presente de la cultura cuyana.
Este evento, que promete «crecimiento intelectual, económico y afectivo» (básicamente, salir de casa, gastar unos pesos y quizás cruzarse a un primo), desplegará su arsenal cultural. Cien emprendedores intentarán hacer patria con sus artesanías en «El Paseíto», mientras el sector gastronómico garantiza que nadie se vaya sin su cuota de sabores típicos. El «escenario de la Peña» recibirá a un ejército de artistas que, suponemos, no estarán ahí solo por la «memoria cultural», sino también para que San Juan no pierda ese rito ancestral de aplaudir un gato o un chamamé hasta el cansancio.
Y sí, en medio de tanta tradición y «compromiso sostenido», las entradas generales cuestan la módica suma de $3000. Una ganga si consideramos el «legado» que se construye y el valor incalculable de ver a Los Labriegos por quinta vez. Al final, «La Cuyanía» no solo es un festival, es la prueba irrefutable de que la cultura, cuando quiere, puede ser más insistente que un cobrador de impuestos, pero con música y sin tanto papeleo.