Un gendarme residente en Chimbas fue detenido este martes acusado de ejercer violencia física contra un niño de 5 años que se encontraba bajo su cuidado en un proceso previo de adopción. La denuncia fue presentada por un familiar, lo que permitió a las autoridades intervenir rápidamente.
Videos clave y allanamiento en el Barrio Andacollo
De acuerdo con fuentes judiciales, el hombre —integrante del Escuadrón 66 de Gendarmería— había acogido al niño y a su hermana de 7 años mientras avanzaban los trámites formales de adopción. Sin embargo, lo que debía ser un entorno de protección derivó en situaciones de maltrato físico reiterado.
En un allanamiento realizado en su domicilio del Barrio Andacollo, los investigadores secuestraron videos grabados en la vivienda que muestran agresiones directas al niño. También se confiscó el arma reglamentaria del imputado, hoy detenido y a disposición de la Justicia.
La investigación continúa y se amplía
Las autoridades no descartan que la hermana de la víctima también haya sido sometida a malos tratos. Por ello, ambos niños serán entrevistados mediante el dispositivo de Cámara Gesell, con el objetivo de garantizar un testimonio seguro y evitar su revictimización.
El caso generó una fuerte conmoción en la comunidad de San Juan, especialmente porque el acusado tenía un rol institucional asociado al cuidado y la contención. La investigación continúa mientras los menores reciben asistencia y protección conforme a los protocolos vigentes.
Un gendarme del departamento de Chimbas fue detenido tras ser acusado de golpear a un niño de 5 años que estaba bajo su cuidado en un proceso previo de adopción. La denuncia, realizada por un familiar, derivó en un allanamiento donde se incautaron videos que registran episodios de maltrato contra el menor y su hermana. La Justicia investiga los hechos y evalúa medidas de protección para ambos niños.
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En San Juan hay historias que buscan convertirse en familia… y otras que, lamentablemente, revelan todo lo contrario. El caso que sacudió a Chimbas esta semana parece escrito para recordarnos que la realidad, a veces, tiene giros más oscuros que cualquier guion policial. Un gendarme que debía brindar contención terminó convertido en protagonista del peor rol posible.
La noticia cayó como un baldazo helado: un hombre, integrante del Escuadrón 66, detenido por maltratar al niño que estaba por adoptar. Y mientras la comunidad intentaba entender cómo alguien que se supone preparado para proteger podía hacer lo contrario, la Justicia revelaba hallazgos que dejaron a todos sin aire: videos que mostraban violencia explícita en el interior del hogar. Un escenario que debería haber sido refugio, no campo de batalla.
En un allanamiento digno de una trama judicial, los investigadores no solo encontraron imágenes que comprometen al imputado, sino también el arma reglamentaria que él portaba como símbolo de autoridad. Ironías del destino: aquello que representaba orden terminó confiscado por deshacerlo. La causa ahora avanza con entrevistas Cámara Gesell para los niños, buscando la verdad sin exponerlos nuevamente al dolor.
Esta vez, no hizo falta exagerar nada. La realidad sola dejó una enseñanza amarga: hay roles que no deberían otorgarse jamás a quien no entiende el significado de “cuidar”. Y la esperanza —esa que los chicos habían empezado a construir— ahora está en manos de una Justicia que debe garantizarles algo que nunca debió romperse: seguridad y dignidad.
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