Liliana Maturano, la icónica artista conocida como Tormenta, atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. A los 72 años, fue diagnosticada con estenosis espinal, una afección que comprime los nervios y la médula debido al estrechamiento de la columna vertebral. Esta dolencia ha afectado seriamente su movilidad, generándole grandes dificultades para caminar y mantenerse de pie, lo que la obligó a cancelar todas sus presentaciones en Argentina y Latinoamérica.
Una caída que lo cambió todo
La situación se agravó tras un desmayo que derivó en una fractura vertebral. “Vi todo negro y me desmayé. En esa caída me fracturé una vértebra de la columna y eso es quietud absoluta, me pusieron un corset ortopédico y fueron tres meses en cama sin hacer ningún esfuerzo”, relató la cantante con total sinceridad. Actualmente se encuentra en etapa de recuperación: “Ahora estoy mejor, la vértebra comenzó a soldarse pero todavía no sanó. Tengo que hacer kinesiología”, explicó.
Giras canceladas y reposo absoluto
En un comunicado que compartió a través de su cuenta oficial de Instagram, Tormenta informó la suspensión de todas sus actividades artísticas. “Se me complicó mucho porque yo el primer semestre del año hice dos giras a Colombia y Ecuador, y presentaciones en Argentina, pero tuve que levantar todo lo que tenía hasta fin de año”, explicó. “Gracias a Dios los empresarios entendieron”, agregó con gratitud.
Sobre el episodio que desencadenó la fractura, detalló: “Pensamos que fue una caída de presión muy fuerte. Tal vez fue un estresazo. No se volvió a repetir”.
Una pausa necesaria
Por el momento, la prioridad de la artista es su salud. El reposo total y la rehabilitación son fundamentales para lograr una recuperación completa y, eventualmente, regresar a los escenarios. El público, mientras tanto, aguarda con respeto y cariño, sabiendo que cuando Tormenta vuelva, su voz traerá consigo una historia de lucha, resiliencia y música.
Liliana Maturano, conocida artísticamente como Tormenta, atraviesa un delicado momento de salud a los 72 años. La cantautora fue diagnosticada con estenosis espinal, una afección que afecta su movilidad y la obligó a cancelar todas sus presentaciones. Sufrió una fractura vertebral tras un desmayo y se encuentra en recuperación con kinesiología y reposo absoluto.
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En una ironía que ni el bolero más dramático se animaría a escribir, Tormenta —sí, la de “Adiós chico de mi barrio”— atraviesa una verdadera tormenta, pero en carne propia. A sus 72 años, Liliana Maturano se enfrenta a una batalla silenciosa contra su propio cuerpo, y el escenario, ese que supo ser su segunda casa durante décadas, deberá esperar.
El diagnóstico es de esos que suenan complicados incluso antes de googlearlo: estenosis espinal. En criollo, un estrechamiento en la columna que aprieta nervios como si fueran cables mal puestos. El resultado: dolor, inmovilidad y un susto de novela cuando, tras un desmayo, terminó con una vértebra fracturada. “Vi todo negro y me desmayé”, relató. Y uno, que creció escuchando su voz firme, no puede evitar estremecerse.
Lo más duro no es el corset ortopédico ni los tres meses en cama, sino el silencio de los escenarios. Tormenta tuvo que suspender giras en Colombia, Ecuador y Argentina, y ponerle pausa a una carrera que venía a todo ritmo. Pero fiel a su estilo, agradeció con elegancia: “Gracias a Dios los empresarios entendieron”, dijo. Porque cuando uno lleva tanto escenario encima, también aprende a caer con dignidad.
Hoy, desde la quietud del reposo y la kinesiología, se enfoca en sanar. “Todavía no sanó”, reconoció, aunque deja entrever que su espíritu sigue de pie, aunque el cuerpo por ahora no la acompañe del todo. Y si algo queda claro, es que cuando vuelva a cantar, esa voz traerá consigo algo más que música: traerá una historia de resistencia.
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