Independiente arrancó el torneo con una victoria 2-1 sobre Sarmiento, mostrando una propuesta ofensiva y ambiciosa. El equipo de Vaccari, con figuras como Lómonaco, Marcone y Ávalos, busca consolidar su estilo y pelear por el título. La nota también critica la venta de Atencio y pide transparencia a la dirigencia, pero sobre todo, felicita a Bochini por su cumpleaños.
En el fútbol argentino, no hay club que reciba a su equipo sin el eco de la ilusión de un campeonato. El clásico “Te alentaremos de corazón, esta es tu hinchada que te quiere ver campeón”, resuena en todas las canchas, aunque solo en algunas, además de la ilusión, existe una obligación. Y ojo, que esto no tiene por qué ser algo negativo. Independiente, por su peso específico, transformó esa ilusión en un deber de ir a la carga por una consagración.
La historia, adornada con copas y torneos, la calidad de jugadores que han vestido la camiseta roja y un apoyo popular que pocos igualan (la diferencia de asociados del Rojo con el resto es un dato no menor), empujan al equipo de Julio Vaccari a ir por la conquista. Pero acá, mejor hablemos de otra obligación: la de jugar bien al fútbol.
Ayer, Independiente no fue la Naranja Mecánica, pero nadie puede negar que se vio a un Rojo buscando siempre el arco rival, con ganas de pisar fuerte de entrada. Asociándose, tratando de llegar siempre con decisión. El segundo gol fue una buena muestra de ello, al punto de ganarse los aplausos del propio Vaccari. Para destacar, una vez más, el buen nivel de Kevin Lómonaco, un importante Iván Marcone en la mitad de la cancha y un Gabriel Ávalos que sacó a relucir ese olfato goleador que tanto se espera de él.
El segundo gol de Ávalos para Independiente vs. Sarmiento
La obligación de Independiente: Un llamado a la valentía
La obligación en este caso se traduce en hambre de ganar y la valentía para ir a buscar el triunfo. Se dice que a los tibios los vomita Dios, y en Independiente, parece que a los equipos tibios los destierra el mismísimo diablo. Por eso, ahora que en apenas unos días se viene Talleres en Córdoba, un rival de peso, será clave demostrar ese deber de salir a ganar, ese anhelo incontrolable de que el Rojo esté siempre en la pelea. ¿Será que esta vez no se arrugan como los de Ramón Díaz en el 2002?
En este 2025, no hay margen para especulaciones. Se puede perder, claro, pero no se puede volver a ver esos equipos que parecen no diferenciar entre ganar o perder. Que este Independiente que arrancó ganando sea la primera señal de que el Rojo va al frente, como en los viejos tiempos de Pastoriza o de Menotti, pero sin la necesidad de ir a Europa a buscar arqueros suplentes.
Julio Vaccari, feliz tras Independiente vs. Sarmiento
Cuestiones pendientes y un feliz cumpleaños
No quiero cerrar esta columna sin poner sobre la mesa tres temas que, si bien no tienen relación directa con el partido ante Sarmiento, considero que son de suma importancia en la vida del club. Primero, lamento la pronta venta de Rodrigo Atencio. La excusa de que se necesita dinero resulta inadmisible cuando acto seguido se incorporan tantos jugadores. ¿No será mejor, como diría el Bambino Veira, «salir a robar» un poco menos?. Segundo, le pido a los dirigentes que gestionen con un poco de transparencia ese supuesto proyecto ambicioso de agrandar el estadio. Perdonen mi desconfianza, pero año tras año les cuesta armar una pretemporada normal y eso no me cierra por ningún lado. Y para terminar con broche de oro, lo más importante: ¡Feliz cumpleaños, Ricardo Enrique Bochini! Gracias por todo, Bocha querido, por hacernos creer que el fútbol es una fiesta.
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