En un arranque de clásico para alquilar balcones, San Lorenzo le metió un susto bárbaro a River con un gol que hizo temblar el Monumental. Si, ¡gol en contra de Enzo Pérez! Pero ojo, el VAR, ese árbitro silencioso desde Ezeiza, intervino y anuló todo por un offside milimétrico de Braida. Polémica al por mayor y un partido que promete emociones fuertes.
El clásico entre San Lorenzo y River arrancó con la misma intensidad de un picado de potrero en el barrio, pero con la seriedad de un partido de Champions. Ni bien el reloj marcó los primeros minutos, el equipo de Miguel Russo salió a morder como perro rabioso, mientras que los muchachos de Marcelo Gallardo parecían estar todavía en el vestuario, ¡o quizás soñando con la Libertadores!
Y así fue como, con la defensa de River todavía acomodándose los botines, San Lorenzo armó una jugada que olía a gol desde Avenida La Plata: remate de Reali, Armani que da rebote y ahí, en el medio del área, aparece Braida para mandar un centro que, sin querer, Enzo Pérez se manda al fondo de su propia red. ¡Golazo! O al menos eso gritaba todo el Bidegain… pero la alegría duró poco.
El VAR: El héroe (o villano) para River
Claro, porque el VAR, ese invento que a veces nos hace querer volver a la época de Eber Ludueña, entró en acción. Darío Herrera, con el auricular pegado a la oreja, escuchó la sentencia desde Ezeiza: Braida estaba adelantado cuando salió el remate de Reali. Un offside que parecía que lo sacaban con regla, pero que al final, como dice el reglamento, era fuera de juego. El gol, esa bomba de adrenalina en el inicio del encuentro, fue anulado.
Y acá es donde nos preguntamos, ¿hasta cuándo vamos a depender de reglas tan ajustadas? ¿De verdad queremos que la tecnología nos quite la emoción de un gol, aunque sea un gol en contra? Si bien es cierto que la tecnología está para ayudar y al final la decisión del juez fue correcta, a veces nos dan ganas de volver a esos partidos donde los errores eran parte del show, ¿no?
Lo cierto es que el clásico, tras el susto inicial, se mantiene con el marcador en cero, pero con una atmósfera en el campo que se corta con cuchillo. Los equipos demostraron que están dispuestos a dejarlo todo en la cancha, y que este partido, como todo clásico, apenas está empezando. El Monumental respira y San Lorenzo empieza a replantear su estrategia. ¿Volverán a tener una oportunidad similar? Lo que está claro es que este partido pinta para un ida y vuelta de aquellos, ¡agárrense de sus asientos, que esto recién empieza!
Un Clásico Para el Recuerdo (¿O No?)
Mientras tanto, los hinchas deberán contentarse con un gol que existió solo en sus ilusiones, y River, con una salvada que les dio el VAR en el arranque. Pero en el fútbol, como en la vida, lo que cuenta es lo que pasa en la cancha, y este clásico, con polémica o sin ella, promete regalarnos emociones de esas que hacen que valga la pena ser hincha, sin importar el color de la camiseta. Ojalá que el partido siga así de emocionante, como si fuera un Boca-River de esos que nos hacen acordar a Bilardo contra el Bambino Vieyra.