Iker Muniain, el capitán y figura de San Lorenzo, se ausentó de los primeros partidos del año por un desgarro. Buscando una recuperación óptima, viajó a Bilbao para tratarse con un fisioterapeuta de renombre mundial. Su vuelta a Argentina se espera en unos 15 días, perdiéndose el choque ante Instituto y con la incógnita de si llegará al clásico contra Huracán.
El arranque de temporada para San Lorenzo ha sido, indudablemente, positivo. Sin embargo, una cosa no quita la otra, y es que la ausencia de Iker Muniain, el estratega, el caudillo, el que marca la diferencia en el mediocampo y el capitán, no pasó desapercibida para los hinchas. Una lesión muscular en la previa del debut ante Talleres lo dejó fuera de las canchas y desde entonces, la pregunta que resuena en cada rincón azulgrana es: ¿Cuándo vuelve el distinto?
Con la premisa de no apurar los procesos y evitar una recaída, Muniain tomó una decisión que algunos podrían considerar polémica: pidió permiso para viajar a Bilbao, su tierra natal, donde se puso en manos de un fisioterapeuta de elite, un verdadero gurú reconocido mundialmente por tratar a deportistas de primer nivel como si fueran máquinas de alta gama. El objetivo era claro, regresar con el alta médica bajo el brazo, como un verdadero campeón.
Desde la distancia, el “Vasco” siguió de cerca los resultados del Ciclón, como un hincha más. Celebró los triunfos en redes sociales y envió un mensaje motivacional antes del empate contra River. Sin dudas, su compromiso es incuestionable, un verdadero tipo de equipo. Pero, ojo, que la pasión no tape la realidad: su regreso a Boedo todavía no tiene fecha exacta. Se habla de unos 15 días, justo antes del duelo frente a Instituto, partido que se perderá, y tal vez (solo tal vez), pueda decir presente en el clásico ante Huracán. Una incógnita que mantiene en vilo a todos, como un penal al último minuto.
¿Preocupación o estrategia? El enigma Muniain
La decisión de Iker de viajar a Europa para su recuperación genera debate. Algunos lo ven como una muestra de profesionalismo y cuidado personal, buscando la excelencia en su puesta a punto. Otros, más desconfiados, se preguntan si es una señal de que la lesión es más complicada de lo que se dice o si el jugador prefiere un tratamiento más exclusivo, lejos de las manos del cuerpo médico del club. Como dijo alguna vez Eber Ludueña, “en el fútbol hay que estar atento a todos los detalles”.
Muniain, el regreso del hijo pródigo, ¿será con magia?
Lo cierto es que el regreso de Muniain será un antes y un después para San Lorenzo. Su presencia en el campo no es solo futbolística, es un liderazgo, es esa chispa que enciende la tribuna y contagia al resto. Habrá que esperar para ver si su tratamiento en Bilbao da los frutos esperados y vuelve con la varita mágica lista para guiar al equipo a lo más alto. Como dice el dicho, “la esperanza es lo último que se pierde”, y la hinchada azulgrana mantiene la fe intacta en su capitán.
En fin, el misterio de la vuelta de Muniain sigue vigente. Mientras tanto, San Lorenzo deberá demostrar que puede seguir sumando puntos sin su referente, porque en el fútbol, como en la vida, ningún jugador es indispensable. Aunque, claro, algunos hacen más falta que otros.