Tragedia en Alicante: Hallan muerto a Jakov Jelkic, futbolista croata

La noticia golpeó como un balazo a la tercera división suiza y al fútbol croata en general: Jakov Jelkic, jugador de 24 años del FC Granges-Paccot, fue hallado sin vida en aguas del puerto de Alicante, España. La confirmación llegó desde la mismísima Policía Nacional, descartando cualquier novela negra digna de Agatha Christie y apuntando a un trágico accidente.

Según Cristian Plazas, portavoz del Cuerpo Nacional de Policía de Alicante, todo indica que Jelkic habría tenido una noche movida, digna de un Diego Armando post-partido homenaje, y las cámaras de seguridad lo captaron «saliendo de un local nocturno cercano al puerto tambaleándose», sugiriendo que «había ingerido algún tipo de bebida alcohólica». Una noche heavy, bah.

¿Resbalón fatal o noche de furia?

La hipótesis que manejan los investigadores es que el bueno de Jakov, ya con la noche encima y quizás viendo doble, llegó a la dársena de Levante del puerto y, mala suerte, «pudo caer por un tropiezo o accidentalmente», falleciendo por ahogamiento. Una verdadera lástima.

Para que no empiecen las teorías conspirativas dignas de Iker Jiménez, la policía se apuró en aclarar que este fallecimiento no tiene nada que ver con el hallazgo de otro cadáver, el de una mujer en silla de ruedas eléctrica, ocurrido 24 horas antes en el mismo puerto. Cosas que pasan, che.

Un viaje que terminó en tragedia

Jelkic andaba por España porque había jugado un partido con su equipo, aprovechando para disfrutar de la noche alicantina. Fue visto por última vez en un local con sus compañeros, pero al no regresar al hotel, se denunció su desaparición. La familia, desesperada, había inundado las redes sociales con mensajes y fotos pidiendo ayuda para encontrarlo. Medía 1,77 metros, era de complexión atlética, pelo rubio, ojos verdes y nariz aguileña. Datos que ahora, lamentablemente, son parte de un triste adiós.

Así que ya saben, muchachos: si van a salir de joda, háganlo con responsabilidad. Y si ven a un croata tambaleándose cerca del puerto, ofrézcanle un taxi. Nunca se sabe.

Fuente: EFE