05/02/2025 18:02hs.
San Lorenzo sorprende a todos con un invicto y una solidez defensiva inesperada en este arranque de temporada. Miguel Ángel Russo podría repetir el mismo equipo por cuarto partido consecutivo, algo insólito desde que volvió al club. ¿Será este el año del Ciclón?
¡Qué momento, señores! Después de un 2024 que ni el Indio Solari podría musicalizar para hacerlo más llevadero, San Lorenzo parece haber encontrado la brújula. Arrancó el 2025 con el pie derecho, invicto, con la valla menos vencida que la de un equipo de Bilardo y, atención, ¡le plantó cara al River de Gallardo! Sí, leyeron bien.
San Lorenzo debutó con un triunfo ante Talleres.
Para entender la magnitud de este presente, hay que recordar de dónde venimos. Un 2024 para el olvido, donde la Copa de la Liga fue un espejismo, el campeonato un calvario y la clasificación a copas internacionales una utopía. A eso sumale problemas económicos e institucionales que hacían recordar a esos San Lorenzo sufridos de antaño.
Pero Miguel Ángel Russo, como un buen estratega, supo tocar las teclas correctas. La pretemporada, fundamental para aceitar el equipo y sembrar confianza. Como dice el dicho, «los amistosos son amistosos, pero ganarlos te da moral». Y vaya si la dio, con triunfos ante Nacional, Peñarol e Independiente del Valle (este último por penales, con el corazón en la boca).
Con otro gol de Vombergar, el Ciclón venció a Gimnasia. (Fotobaires)
Y ese envión se trasladó al Torneo Apertura. Triunfos ante Talleres y Gimnasia, y un empate con sabor a victoria frente a River. Lo más llamativo, la solidez defensiva. Seis partidos y ni un gol en contra. «Estamos muy bien como grupo. La pretemporada fue clave por la parte física pero también en la unión, en hablar unos con otros. Es un grande del fútbol argentino y tenés la necesidad y la obligación de ganar», declaró Russo, según lo recogió **.
Russo y una decisión que hace ruido en Boedo
Ahora, la gran pregunta es: ¿seguirá Russo apostando a lo seguro? Todo indica que sí. Para el partido contra Vélez, el técnico podría repetir el mismo once inicial por cuarto partido consecutivo. Algo inédito en su segundo ciclo al frente del Ciclón.
Un dato no menor es la baja de Iker Muniain, el capitán y referente del equipo, por lesión. Su ausencia parecía un golpe duro, pero el equipo supo sobreponerse. ¿Será que este San Lorenzo tiene más corazón que billetera, como diría el Bambino Veira?
El equipo de San Lorenzo vs. River.
¿Las claves de este resurgimiento?
Russo encontró respuestas donde quizás nadie las buscaba. Orlando Gill, un arquero que no estaba en los planes iniciales, se adueñó del arco tras la lesión de Altamirano. Ezequiel Herrera, que venía de jugar poco en Colón, se afianzó en la defensa. El «Pitu» Herrera entró de emergencia y rindió. Tripicchio e Irala, un mediocampo que sorprendió a propios y extraños. Reali, un volante que se ganó el puesto a base de sacrificio. Y Braida, que volvió a su posición natural y está imparable.
En definitiva, un San Lorenzo que ilusiona. Un equipo con hambre, con corazón y con un técnico que parece haber encontrado la fórmula. ¿Será este el año del Ciclón? El tiempo dirá. Pero por lo pronto, los hinchas ya se animan a soñar. Y como dice el tango, «soñar no cuesta nada».
