La noticia de la detención de cinco empresarios mendocinos en Miami sacudió tanto a la comunidad local como al entorno empresarial provincial. Lo que en principio pareció un hecho aislado —un intento de hurto en un centro comercial— reveló, al ser desmenuzado, una trama con vínculos societarios y nexos comerciales que unen a los acusados desde hace años.
Ropa robada, valijas ajenas y una operación navideña
El hecho ocurrió el domingo pasado en el Dolphin Mall, uno de los centros comerciales más visitados del sur de Estados Unidos. Según informaron medios internacionales y la Policía de Sweetwater, los mendocinos Diego Luis Xiccato, Mauricio Ariel Aparo, Sebastián Luis Moya, Juan Manuel Zuloaga y Juan Pablo Rua fueron detenidos tras ocultar ropa robada —de tiendas como Columbia y The North Face— en valijas sustraídas de un local de Burlington.
Los agentes que actuaron se encontraban fuera de servicio, pero alertados por movimientos sospechosos que se repetían desde horas antes, decidieron intervenir. Todo ocurrió bajo el marco de la “Operación Fiestas Seguras”, un esquema de vigilancia reforzada para la temporada navideña.
El vocero policial, Álvaro Zabaleta, confirmó que los implicados “pensaron que podían irse sin pagar”. Según las autoridades, la mercadería recuperada superaba los 2.000 dólares. El caso quedó bajo la órbita de la jueza Mindy Galzer.
Una red de vínculos empresariales en Mendoza
En suelo mendocino, los acusados son reconocidos por diversas actividades económicas. Xiccato es dueño de un salón de belleza que lleva su apellido. Aparo, corredor de motos, está registrado en actividades vinculadas a la reparación automotriz. Comparte además una sociedad comercial con Moya, quien a su vez figura como parte de otras firmas, incluso una panadería.
Zuloaga, con domicilio en Godoy Cruz, aparece desde hace más de 15 años en empresas de distintos rubros y ha figurado como empleador en varios períodos. Según se pudo reconstruir, todos los implicados se conocen desde hace tiempo y compartían una agenda de negocios y viajes.
El plan original era regresar a la Argentina este miércoles. Sin embargo, tras la intervención judicial, ese mismo día se concretará su deportación a nuestro país.
Un antecedente policial inesperado
El caso adquirió un matiz adicional al recordar un episodio policial que tuvo como víctima a uno de los implicados. En 2013, Mauricio Aparo fue asaltado en su casa de Chacras de Coria, en Luján. En aquel entonces, dos delincuentes lo interceptaron de madrugada, lo maniataron y lo obligaron a abrir una caja fuerte. Los ladrones escaparon con dinero en efectivo, electrodomésticos y pertenencias personales, a bordo de su camioneta.
El hecho generó por entonces diversas hipótesis, que iban desde un dato filtrado hasta un ataque fortuito en un barrio sin servicios de seguridad privada.
Ahora, la historia dio un giro inesperado, con ese mismo nombre volviendo a las crónicas policiales, pero en el otro extremo del proceso judicial.
Cinco empresarios mendocinos fueron detenidos en Miami acusados de robar mercadería en el Dolphin Mall, escondiéndola en valijas robadas. La Policía de Sweetwater los arrestó en el marco de la “Operación Fiestas Seguras” y la jueza Mindy Galzer lidera el caso. Los involucrados serán deportados este miércoles. En Mendoza, mantienen vínculos comerciales y empresariales desde hace años.
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Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
La noticia de la detención de cinco empresarios mendocinos en Miami sacudió tanto a la comunidad local como al entorno empresarial provincial. Lo que en principio pareció un hecho aislado —un intento de hurto en un centro comercial— reveló, al ser desmenuzado, una trama con vínculos societarios y nexos comerciales que unen a los acusados desde hace años.
Ropa robada, valijas ajenas y una operación navideña
El hecho ocurrió el domingo pasado en el Dolphin Mall, uno de los centros comerciales más visitados del sur de Estados Unidos. Según informaron medios internacionales y la Policía de Sweetwater, los mendocinos Diego Luis Xiccato, Mauricio Ariel Aparo, Sebastián Luis Moya, Juan Manuel Zuloaga y Juan Pablo Rua fueron detenidos tras ocultar ropa robada —de tiendas como Columbia y The North Face— en valijas sustraídas de un local de Burlington.
Los agentes que actuaron se encontraban fuera de servicio, pero alertados por movimientos sospechosos que se repetían desde horas antes, decidieron intervenir. Todo ocurrió bajo el marco de la “Operación Fiestas Seguras”, un esquema de vigilancia reforzada para la temporada navideña.
El vocero policial, Álvaro Zabaleta, confirmó que los implicados “pensaron que podían irse sin pagar”. Según las autoridades, la mercadería recuperada superaba los 2.000 dólares. El caso quedó bajo la órbita de la jueza Mindy Galzer.
Una red de vínculos empresariales en Mendoza
En suelo mendocino, los acusados son reconocidos por diversas actividades económicas. Xiccato es dueño de un salón de belleza que lleva su apellido. Aparo, corredor de motos, está registrado en actividades vinculadas a la reparación automotriz. Comparte además una sociedad comercial con Moya, quien a su vez figura como parte de otras firmas, incluso una panadería.
Zuloaga, con domicilio en Godoy Cruz, aparece desde hace más de 15 años en empresas de distintos rubros y ha figurado como empleador en varios períodos. Según se pudo reconstruir, todos los implicados se conocen desde hace tiempo y compartían una agenda de negocios y viajes.
El plan original era regresar a la Argentina este miércoles. Sin embargo, tras la intervención judicial, ese mismo día se concretará su deportación a nuestro país.
Un antecedente policial inesperado
El caso adquirió un matiz adicional al recordar un episodio policial que tuvo como víctima a uno de los implicados. En 2013, Mauricio Aparo fue asaltado en su casa de Chacras de Coria, en Luján. En aquel entonces, dos delincuentes lo interceptaron de madrugada, lo maniataron y lo obligaron a abrir una caja fuerte. Los ladrones escaparon con dinero en efectivo, electrodomésticos y pertenencias personales, a bordo de su camioneta.
El hecho generó por entonces diversas hipótesis, que iban desde un dato filtrado hasta un ataque fortuito en un barrio sin servicios de seguridad privada.
Ahora, la historia dio un giro inesperado, con ese mismo nombre volviendo a las crónicas policiales, pero en el otro extremo del proceso judicial.