Día Internacional del Hombre: por qué se conmemora cada 19 de noviembre

Redacción Cuyo News
6 min

Mientras el calendario avanza repleto de efemérides tan específicas como el Día del Origami o el de los Calcetines Perdidos, el 19 de noviembre carga con una de las más invisibilizadas: el Día Internacional del Hombre. Aunque no se lo reconozca con bombones ni campañas virales, su existencia es tan real como necesaria.

Coincidencias cósmicas: un día, dos causas

En una de esas vueltas que sólo el destino o algún burócrata distraído podrían justificar, el Día del Hombre comparte fecha con el Día Mundial del Retrete, proclamado por la ONU para concientizar sobre el acceso al saneamiento. Aunque la yuxtaposición haya sido objeto de bromas fáciles, lo cierto es que ambas fechas abordan temas fundamentales: la salud y el bienestar humano.

Orígenes caribeños, proyección global

La fecha fue instaurada en 1999 en Trinidad y Tobago por el Dr. Jerome Teelucksingh, quien eligió el cumpleaños de su padre para lanzar una campaña centrada en la salud masculina y modelos de masculinidad positivos. Con el tiempo, la propuesta se expandió a más de 80 países, aunque en muchos de ellos el reconocimiento es simbólico o, como suele suceder, se limita a un par de tuits y un saludo forzado.

No es “el Día del Macho Alfa”

Lejos de cualquier reivindicación patriarcal, el Día Internacional del Hombre apunta a visibilizar problemáticas estructurales que afectan al género masculino: desde la expectativa de no mostrar emociones hasta la resistencia a acudir a profesionales de la salud. La fecha promueve los llamados “seis pilares”, entre los que destacan:

  • Salud física: los hombres viven en promedio entre 5 y 7 años menos que las mujeres.
  • Salud mental: la tasa de suicidios masculinos triplica la femenina.
  • Modelos positivos: se busca poner en valor figuras masculinas empáticas, comprometidas y cercanas, lejos del estereotipo del héroe invulnerable.

Un día para soltar la armadura

El trasfondo de esta jornada invita a cuestionar el mandato de la autosuficiencia y a abrir espacio para la vulnerabilidad, el autocuidado y la expresión emocional. Se trata, en definitiva, de una oportunidad para que quienes se identifican como hombres reconozcan que también merecen atención, contención y escucha.

¿Esperás un regalo? Probablemente no llegue. Tal vez una media huérfana o un «¿era hoy?» al pasar. Pero incluso sin bombos ni platillos, este día tiene sentido: recordar que detrás de cada varón hay una historia, una mochila de exigencias sociales, y también una posibilidad de cambio.

Una celebración discreta, pero valiosa

En tiempos donde repensar los roles de género es urgente, el Día Internacional del Hombre se presenta como una instancia necesaria para hablar de las masculinidades sin prejuicios ni solemnidades. Tal vez no tenga globos ni promociones, pero sí una invitación clara: empezar a cuidar también al que siempre dice que está bien… aunque no lo esté.

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