El proceso de duelo para Alejandro, hijo de la icónica exboxeadora Alejandra “Locomotora” Oliveras, tomó un giro inesperado al ver a su madre aparecer en una serie televisiva tras su fallecimiento. “Es un proceso largo porque no se supera así nomás. Es muy impactante verla en la serie, me hubiera gustado que se vea ella misma porque creo que su personaje agradó mucho y su forma de actuar”, expresó conmovido.
La producción de la serie rindió homenaje a Oliveras con una dedicatoria al inicio del episodio: “En memoria de Alejandra ‘Locomotora’ Oliveras”, gesto que sumó una carga emotiva adicional al capítulo.
Una fuerza que sigue inspirando
Alejandro confesó que intenta mantener el temple que caracterizó siempre a su madre. “Estoy haciendo un trabajito día a día, con un poco de bajón, pero sin bajar los brazos”, dijo, en una frase que parece heredada directamente del ADN de la campeona.
Oliveras, quien supo convertirse en leyenda del boxeo argentino, había recibido con entusiasmo la propuesta de actuar. “Es hermoso, es un mundo nuevo para mí porque nunca actué en ficción. Me encanta. Yo estoy agradecida a Sebastián Ortega por la oportunidad. Me llamaron y yo no lo podía creer, y ahí también me contaron el papel y por qué estoy en la cárcel y dije que sí”, había relatado.
Una despedida inesperada, pero a su altura
La incursión de Oliveras en la ficción no fue solo una curiosidad artística, sino el cumplimiento de un deseo profundo: que su historia pudiera contarse, desde algún formato, en las pantallas. Su personaje en la serie fue recibido con afecto, tal como ella esperaba, y aunque no llegó a verse a sí misma en acción, su presencia dejó una marca imborrable.
En cada plano, su energía arrolladora sigue viva. Y para quienes la conocieron —dentro o fuera del ring— ese último round actoral fue, sin dudas, un triunfo más.
Alejandro, hijo de la exboxeadora Alejandra 'Locomotora' Oliveras, expresó su conmoción al verla actuar en una serie televisiva tras su fallecimiento. Reconoció que el duelo es complejo y destacó la fortaleza que heredó de su madre. La producción de la serie homenajeó a Oliveras con una dedicatoria en pantalla. Antes de morir, ella había manifestado entusiasmo por incursionar en la actuación, agradeciendo la oportunidad que le dio Sebastián Ortega.
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Zappo te lo cuenta
Hay escenas que no necesitan efectos especiales para conmover: alcanzan con un plano fijo, una frase sencilla y el peso emocional de lo real. En el caso de Alejandra “Locomotora” Oliveras, la exboxeadora que cambió el ring por el set, el nudo en la garganta vino sin guion. La serie en la que participó se convirtió, sin quererlo, en su despedida más vibrante: no desde un cuadrilátero con guantes en alto, sino desde una pantalla donde cada gesto suyo es ahora memoria en movimiento.
Alejandro, su hijo, enfrenta una paradoja tan cinematográfica como dolorosa: ver a su madre viva en la ficción mientras procesa su ausencia en la vida real. Y sí, lo impacta. Porque si hay algo que no enseñan ni las telenovelas ni los manuales del duelo, es cómo sobrevivir al zapping emocional de ver actuar a quien ya no está. Es una mezcla de orgullo y puñetazo al alma, como si el capítulo viniera con replay del corazón.
A todo esto, el equipo de producción le rindió homenaje con una placa que dice: “En memoria de Alejandra ‘Locomotora’ Oliveras”. Y ahí está el arte, colándose entre la tristeza, regalándole a Oliveras el debut actoral que tanto deseaba. Porque sí, la Locomotora quería actuar. Se lo contó a todo aquel que quisiera escucharla: estaba feliz, agradecida, y sorprendida de estar frente a cámaras sin que la cuenten hasta diez. El papel la llevaba a la cárcel, pero ella estaba libre de prejuicios. Dijo que sí sin dudar, como quien acepta una pelea difícil pero sabe que va a dejarlo todo.
Y ahora, desde la pantalla, lo deja todo otra vez. Cada escena es una piña al olvido. Cada diálogo, un jab al destino.
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