El Presidente Javier Milei presentará este lunes el proyecto de Presupuesto 2026, un texto que ya trae definiciones importantes: la meta de superávit primario del 2,2 % del PBI, crecimiento esperado del 4,5 % y ajustes en subsidios, gasto previsional y asistencia social. Pero el espacio para negociar con las provincias es limitado, y los distritos reclaman trato diferenciado con urgencia. :contentReference[oaicite:0]{index=0}
Las pautas macroeconómicas y el margen estrecho
- El superávit primario proyectado para 2026 sube al 2,2 % del PBI, según el acuerdo con el FMI.
- La inflación esperada estaría entre el 7 % y el 12 % para 2026, según el Staff Report del organismo internacional.
- Gasto en subsidios se reduciría del 1 % al 0,8 % del PBI.
- El gasto previsional crecería levemente: de 6,7 % a 6,8 % del PBI.
- En cuanto a la obra pública, el gasto en capital se mantendría en 0,4 % del PBI. Ningún gran salto visible.
Qué pueden esperar las provincias: trato diferenciado, ATN y financiamiento puntual
El Gobierno ya adelantó que no habrá una ayuda generalizada para todos los distritos, sino concesiones específicas (“cara a cara”) con gobernadores con los que mantenga cercanía política o buena relación institucional.
Uno de los focos principales es la discusión sobre los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). El Congreso sancionó una ley para que los ATN se distribuyan automáticamente según criterios de coparticipación, eliminando discrecionalidad. El Ejecutivo vetó esa ley, argumentando que los ATN deben conservar carácter de instrumento extraordinario.
Para algunas provincias, la modificación propuesta habría significado recursos adicionales anuales de varios miles de millones de pesos, mejora en previsibilidad de ingresos y menos dependencia de decisiones unilaterales del Ejecutivo.
Retos para cumplir lo prometido
- El escenario económico real es más volátil que el proyectado: hay dudas sobre si se logrará crecimiento de 4,5 % en 2026, dado el estancamiento en algunos sectores desde marzo/abril.
- El aumento del superávit primario exige mejoras en la recaudación o disminuciones visibles de gasto, algo difícil sin tocar subsidios, tarifas, o incluso decisiones sensibles en servicios públicos.
- Las provincias requieren previsibilidad en recursos. Las decisiones discrecionales o los vetos complican la planificación local de obras públicas, salarios y servicios esenciales.
- El Gobierno también enfrenta presión política: reversión de expectativas tras elecciones bonaerenses, mercados atentos al dólar, riesgo país en alza. Cada frase, cada señal suma o resta.
En definitiva, el Presupuesto 2026 tiene números ambiciosos, metas claras y compromisos formales con el FMI. Pero también limita bastante cuánto puede “ceder” el Ejecutivo frente a las provincias. Las provincias pueden esperar concesiones en ATN, obras y ciertos apoyos puntuales, pero no una lluvia de recursos nuevos sin que existan ajustes estructurales que respalden el compromiso fiscal.
El Gobierno presentará hoy el Presupuesto 2026 con una meta de superávit primario del 2,2 % del PBI, crecimiento proyectado al 4,5 %, pero con márgenes fiscales muy estrechos. Las provincias esperan concesiones puntuales, especialmente en ATN, obras y financiamiento diferenciado.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
El Presidente Javier Milei presentará este lunes el proyecto de Presupuesto 2026, un texto que ya trae definiciones importantes: la meta de superávit primario del 2,2 % del PBI, crecimiento esperado del 4,5 % y ajustes en subsidios, gasto previsional y asistencia social. Pero el espacio para negociar con las provincias es limitado, y los distritos reclaman trato diferenciado con urgencia. :contentReference[oaicite:0]{index=0}
Las pautas macroeconómicas y el margen estrecho
- El superávit primario proyectado para 2026 sube al 2,2 % del PBI, según el acuerdo con el FMI.
- La inflación esperada estaría entre el 7 % y el 12 % para 2026, según el Staff Report del organismo internacional.
- Gasto en subsidios se reduciría del 1 % al 0,8 % del PBI.
- El gasto previsional crecería levemente: de 6,7 % a 6,8 % del PBI.
- En cuanto a la obra pública, el gasto en capital se mantendría en 0,4 % del PBI. Ningún gran salto visible.
Qué pueden esperar las provincias: trato diferenciado, ATN y financiamiento puntual
El Gobierno ya adelantó que no habrá una ayuda generalizada para todos los distritos, sino concesiones específicas (“cara a cara”) con gobernadores con los que mantenga cercanía política o buena relación institucional.
Uno de los focos principales es la discusión sobre los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). El Congreso sancionó una ley para que los ATN se distribuyan automáticamente según criterios de coparticipación, eliminando discrecionalidad. El Ejecutivo vetó esa ley, argumentando que los ATN deben conservar carácter de instrumento extraordinario.
Para algunas provincias, la modificación propuesta habría significado recursos adicionales anuales de varios miles de millones de pesos, mejora en previsibilidad de ingresos y menos dependencia de decisiones unilaterales del Ejecutivo.
Retos para cumplir lo prometido
- El escenario económico real es más volátil que el proyectado: hay dudas sobre si se logrará crecimiento de 4,5 % en 2026, dado el estancamiento en algunos sectores desde marzo/abril.
- El aumento del superávit primario exige mejoras en la recaudación o disminuciones visibles de gasto, algo difícil sin tocar subsidios, tarifas, o incluso decisiones sensibles en servicios públicos.
- Las provincias requieren previsibilidad en recursos. Las decisiones discrecionales o los vetos complican la planificación local de obras públicas, salarios y servicios esenciales.
- El Gobierno también enfrenta presión política: reversión de expectativas tras elecciones bonaerenses, mercados atentos al dólar, riesgo país en alza. Cada frase, cada señal suma o resta.
En definitiva, el Presupuesto 2026 tiene números ambiciosos, metas claras y compromisos formales con el FMI. Pero también limita bastante cuánto puede “ceder” el Ejecutivo frente a las provincias. Las provincias pueden esperar concesiones en ATN, obras y ciertos apoyos puntuales, pero no una lluvia de recursos nuevos sin que existan ajustes estructurales que respalden el compromiso fiscal.