¿Atlético Madrid recupera la senda de la victoria? En vivo vs. Valladolid.

Redacción Cuyo News
3 min
Cortito y conciso:

El Atlético de Madrid recibe al Valladolid en un partido clave para la Champions. Los del Cholo, con la obligación de ganar para asegurar su puesto, enfrentan a un Valladolid que se juega la permanencia. Morata y Griezmann lideran el ataque colchonero, mientras que el Pucela apuesta por la garra de Larin.

El Aleti y el Pucela, un duelo con sabor a final

El Metropolitano se viste de gala para un partido que promete emociones fuertes. El Atlético de Madrid, con la calculadora en la mano y la Champions entre ceja y ceja, recibe a un Valladolid que llega con el cuchillo entre los dientes, jugándose la permanencia en la máxima categoría del fútbol español. Un partido que, como diría el Bambino Veira, «es una final anticipada, muchachos».

El Cholo Simeone, fiel a su estilo, planta un equipo aguerrido, con Oblak en el arco; Nahuel Molina en modo avión por la banda derecha, y un mediocampo que parece una trituradora, con Koke y De Paul manejando los hilos. Arriba, la dupla explosiva: Morata y Griezmann, dos que cuando se enchufan, son como el Kun Agüero en el Manchester City: imparables. El objetivo es claro: ganar como sea y asegurar el boleto a la próxima Champions, porque como dice el dicho, «más vale pájaro en mano que cien volando».

El Valladolid, a jugarse el todo por el todo

Por su parte, el Valladolid del «Pacheta» llega al Metropolitano con la soga al cuello. Necesitan un milagro, un batacazo como el de Grecia en la Eurocopa 2004, para zafar del descenso. Con Larin como punta de lanza, un delantero que define como el Beto Alonso en sus mejores épocas, el Pucela intentará aguarle la fiesta al Aleti. ¿Lo logrará? Solo el tiempo lo dirá. La defensa, un verdadero rompecabezas para el entrenador, intentará contener la artillería colchonera. La misión es casi imposible, pero en el fútbol, como en la vida, nunca se sabe.

Un partido para alquilar balcones

En definitiva, el partido promete ser un partidazo, con dos equipos que se juegan mucho más que tres puntos. Uno, por la gloria europea; el otro, por la supervivencia. Un escenario ideal para que los hinchas colchoneros se agarren la cabeza, como el Tano Pasman en el descenso de River, o festejen como locos, como el Diego en el Mundial 86. Habrá que ver qué equipo se lleva el gato al agua.

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