Triunfo de Boca ante Central, pero el ambiente sigue tenso. La Bombonera pide la cabeza de Gago y Rojo, mientras que Riquelme queda en el ojo de la tormenta. ¿Se bancará el respaldo a Pintita o terminará como el Bambino Veira en el 98 después del 5-4 con Gimnasia?
¿Ganar para perder? Boca y el triunfo incómodo ante Central
Ganarle a un puntero como Rosario Central debería ser motivo de festejo, ¿no? Pero en Boca, la cosa es más compleja que un penal de Palermo en el barro. El equipo de Gago jugó un partidazo, con un planteo lógico –como diría el Bambino–, un Varela que parecía el Cuchu Cambiasso en sus mejores épocas y un Advíncula que corría la banda como si fuera Usain Bolt con la azul y oro. Hasta el arco se agrandó con un Chiquito Romero que sacó pelotas imposibles.
Sin embargo, la Bombonera no se dejó engañar. Antes, durante y después del partido, los silbidos a Gago fueron más ensordecedores que el himno cantado por la 12. Y ojo, que a Marcos Rojo también le tocó su ración de chiflidos. Parecía que el defensor había perdido la marca en el gol de Canalla, un error futbolístico que le puede pasar hasta al mismísimo Ruggeri… pero la gente no le perdonó una. ¿Será por su cercanía a Román? El tema es que Rojo, con sus ausencias dignas de Messi en la Selección en partidos clave, se ganó el descontento de la hinchada.
Riquelme, el titiritero detrás del telón
Y hablando de Román, ¿qué onda? La barra, con un cancionero más afilado que cuchillo de carnicero, lo protegió toda la noche. ¿Nuevo mecenas, te dicen? Mientras tanto, la gente apuntó contra Gago y Rojo, dos generales de Riquelme en el campo de batalla. Como decía Eber Ludueña, “el que se quema con leche, ve una vaca y llora”. ¿Será que Román se quemó con Russo y ahora desconfía de todos?
Cavani, el uruguayo que llegó con bombos y platillos, también está en la cuerda floja. Sus dolores, sus faltazos y sus pifias empiezan a hartar a la gente. ¿Se acuerdan del Topo Gigio de Palermo? Bueno, parece que Edinson se olvidó de hacer amigos en la Bombonera.
Gago afirmó que nunca estuvo en duda su continuidad y afirmó: «Tenemos que salir campeones»
¿Y ahora qué? El futuro de Gago en la cuerda floja
¿Se irá Gago o seguirá como si nada? Riquelme, como buen estratega, lo dejó en el cargo para que se coma las puteadas del papelón copero. Pero bancarlo después del bochorno con Alianza Lima sería como si Grondona hubiera bancado a Passarella después del Mundial 98. «Tenemos que salir campeones», dice Gago… ¿con qué equipo, Pintita? ¿Con los refuerzos que parecen salidos de un picado de barrio?
Un presidente serio –cosa rara en el fútbol argentino– lo rajaría a Gago, reconocería su error y trataría de salvar a Boca del desastre. Perder con River duele, sí, pero es parte del juego. Quedar afuera de la Copa contra Alianza Lima es como perder un partido de truco con un mazo sin ancho de espadas. Y seamos sinceros, si Boca jugó bien contra Central fue porque la presión ya no existía. Como diría Mostaza Merlo, “con presión, no se juega”. Era el martes, Boca, no el domingo. A llorar al campito.