Boca llega al repechaje de la Libertadores con más bajas que el Titanic. Lesiones, suspensiones y compras fallidas dejan a Gago con un equipo improvisado y la duda de si podrá contra Alianza Lima. ¿Será este el nuevo papelón internacional del Xeneize o los pibes darán la sorpresa como contra Independiente del Valle?
Un Boca parchado: ¿Al borde de un nuevo papelón internacional?
Hay que reconocerlo, si esto fuera un partido de truco, Gago estaría pidiendo «envido» con un cuatro de copas y un siete de espadas. La enfermería de Boca parece la sucursal del Hospital Italiano y el técnico tiene que armar el equipo con lo que le queda: Di Lollo y Costa en la defensa, Alarcón y Rey en el medio… un panorama que ni el peor enemigo hubiera imaginado para un repechaje de Libertadores.
Recordemos el desastre del año pasado en la Sudamericana, cuando por culpa de una gestión digna del «Chavo del 8» nos quedamos sin refuerzos para enfrentar a Independiente del Valle. Al final, los pibes sacaron las papas del fuego, pero esta vez la cosa pinta más fea.
El karma de los lesionados: Un cuento de nunca acabar
El problema no son las inscripciones, sino un karma que nos persigue desde hace rato: las lesiones. Romero, Rojo y Cavani, los capos del plantel, brillan por su ausencia, como si fueran figuras del Pro Evolution Soccer 2006 con la energía al mínimo. Y no son jugadores cualquiera, son los referentes, los que guían a la banda. Si los tres se la pasan más tiempo en kinesiología que en la cancha, estamos en el horno.
Y como si fuera poco, a la lista de lesionados se suman Figal (eterno retorno), Miramón (desgarrado como si hubiera corrido una maratón con ojotas), Belmonte, Lema (con dolores intermitentes dignos de un parte médico de Eber Ludueña) y Ander Herrera (otro que podría ser referente pero pasa más tiempo en el banco que Battaglia en sus mejores épocas). Para colmo, Advíncula está suspendido después de su expulsión a lo «Chilavert» en la Sudamericana pasada. Ante este panorama desolador, aparecen los Dalmasso, los Ruiz, los Mendía… y hasta un pibe de 18 años que podría ser el 5 de Boca: del dream team Ramos-Rojo-Paredes-Battaglia a Di Lollo-Costa-Battaglia-Rey Domenech hay un abismo de diferencia, como de jugar en la Bombonera a hacerlo en la cancha de Sacachispas.
Boca llegó a Perú para disputar la Libertadores
Refuerzos que brillan por su ausencia (o por su bajo rendimiento)
«Todos deben tener un jugador desgarrado. No son máquinas los futbolistas, son humanos». Román lo dijo, pero una cosa es tener un par de lesionados y otra es tener medio plantel en el hospital. Cavani, «el mejor extranjero de la historia del fútbol argentino» (según Román), jugó menos minutos que Benedetto en un superclásico. Rojo, otro ex Manchester, parece que colecciona lesiones como figuritas. Y ni hablar de los refuerzos millonarios que no rinden ni la mitad de lo que costaron: Martegani calentando el banco, Aguirre que era suplente en Newell’s y Janson con menos minutos que un video de TikTok. ¿Y Orsini? Parece que se lo tragó la tierra, o peor aún, que está en el limbo de Transfermarkt.
¿Se viene otro papelón contra Gorosito?
En definitiva, Boca llega a la Libertadores con un equipo más improvisado que la defensa de la Selección en el Mundial 78. Jugar contra Alianza Lima con este plantel es como ir a una final de la Champions con un equipo de la B Metropolitana. El honor y la vergüenza están en juego, sobre todo después del papelón contra Tigre en la final que ganó Pipo Gorosito. ¿Podrán los pibes dar la sorpresa otra vez o estaremos presenciando un nuevo bochorno internacional? La respuesta, en los próximos capítulos.
