Boca y River, además de andar con el motor en tres cilindros futbolísticamente, se convirtieron en sucursales del Hospital Italiano por la cantidad de lesionados que tienen en lo que va del 2025. Parece que el Muñeco Gallardo y Pintita Gago están dirigiendo más kinesiólogos que jugadores.
Un arranque de año para el olvido: Boca y River, entre la mala racha y la enfermería
Arranque nomás y ya estamos viendo un 2025 complicado para los dos equipos más grandes del país. No solo el juego es más flojo que enganche de madera, sino que las lesiones se acumulan como figuritas repetidas del Mundial. River, después de la derrota con Talleres por la Supercopa Internacional, encima se quedó sin Martínez Quarta y Driussi. Y Boca, que se prepara para enfrentar a Central Córdoba, parece que va a tener que armar el equipo con los utileros porque tiene cinco bajas por lesión. ¿Qué está pasando muchachos? ¿Entrenaron en la luna?
La enfermería xeneize: ¿Gago técnico o jefe de kinesiólogos?
Pintita Gago está que se agarra la cabeza. Eliminado de la Copa Libertadores por Alianza Lima (sí, leyeron bien), el juego del equipo es un dolor de ojos y encima, para colmo de males, no ha podido contar con 12 jugadores por diferentes lesiones. ¡Un plantel entero en la camilla! Recordemos algunos casos emblemáticos: Chiquito Romero, que arrancó el año haciéndose una limpieza de rodilla (¿para atajar mejor los centros?), Figal que se hizo una artroscopía de tobillo (¿se habrá tropezado con un termo?), y la novela de los desgarros de Miramón y Belmonte, dignos de una serie turca. Ni hablar de Ander Herrera, que se desgarró apenas debutó en la Bombonera, o el tendón de Aquiles de Marcos Rojo que lo tiene a mal traer. Si seguimos, nos quedamos sin espacio…
El hospital millonario: Gallardo y un plantel que se desarma solo
El Muñeco Gallardo tampoco la está pasando bien. Si el juego de River no convence ni a la hinchada de Deportivo Español, sumarle ocho lesionados en tres meses es como echarle nafta al fuego. El Pity Martínez, que volvió con bombos y platillos, no pudo ni terminar la pretemporada (¿se habrá comido un asado pesado?), Matías Rojas que mete un gol y se desgarra (¿festejó como el Kun Agüero?), Lanzini que se lesiona el hombro entrando del banco (¿calentó mal?)… Y la frutilla del postre: Ruberto, la joyita del Sudamericano Sub-20, con rotura de ligamentos (una lástima). Para rematarla, Driussi y Martínez Quarta, afuera en la final contra Talleres, completando el cuadro de situación digno de un parte médico de guerra.
¿Preparadores físicos o carniceros? La pregunta que se hacen los hinchas
En fin, la situación es preocupante. ¿Será mala suerte, mala preparación física o simplemente los jugadores son de cristal? El debate está abierto. Lo cierto es que tanto Boca como River, además de tener que mejorar su juego (que está más perdido que Riquelme en un picado de barrio), necesitan urgente encontrar una solución a esta epidemia de lesiones. Sino, van a terminar jugando con los juveniles de la sexta… ¡y capaz que hasta les va mejor!