Borja la mandó a guardar para River contra Lanús, festejó como si hubiera ganado el Mundial subido al alambrado, pero después erró un penal que le pidió a Galoppo y casi se hace el Topo Gigio él solito.
Borja, el héroe agridulce de River: gol, festejo alocado y penal al travesaño
Miguel Ángel Borja, el Colibrí, volvió a demostrar que tiene la sangre fría de un pingüino en la Antártida cuando River lo necesita. Ante Lanús, con el partido más cerrado que boliche en pandemia, el colombiano se hizo presente en el marcador. A los 32 minutos del segundo tiempo, aprovechando una duda de Nahuel Losada más grande que la de Riquelme sobre su futuro político, Borja le ganó la posición a su marcador (que a esa altura debía estar pidiendo la hora como el Dibu en la final de Qatar) y la clavó al ángulo. Un golazo que festejó con la euforia de un hincha que gana una entrada para ver a la Scaloneta: trepado al alambrado, saludando a la gente como si fuera el mismísimo Palermo en la Bombonera.
Miguel Borja puso el 1-0 de River ante Lanús
Del éxtasis al papelón: Borja y un penal que se fue a la estratósfera
Pero la noche del Colibrí tuvo un giro inesperado, digno de un capítulo de Los Simpsons. Minutos después del gol, Agustín Medina bajó a Galoppo en el área y el árbitro, con ayuda del VAR (que a veces parece que tiene más ojos que el Gran Hermano), cobró penal para River. Galoppo, con la confianza de un pibe que recién debuta, pidió patear. Pero Borja, haciendo gala de una personalidad que ni el Muñeco Gallardo en sus mejores épocas, le negó el penal al pibe y se paró frente a la pelota. Lo que siguió fue un disparo que se fue más arriba que el dólar blue, dejando a todos con la boca abierta. Un penal errado que, para colmo, le quitó la posibilidad a Giuliano Galoppo de convertir. ¿Habrá aprendido la lección el Colibrí? ¿O seguirá pidiendo penales como si fuera el heredero de Messi en la Selección?
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