Brasil y Colombia empataron 1-1 en un partido picante por las Eliminatorias. El VAR dijo presente, hubo cambios claves, amarillas para tirar al techo y un final que dejó a todos con ganas de más.
Brasil y Colombia repartieron puntos en un partidazo con sabor a poco
Anoche, en el Mané Garrincha de Brasilia, la Canarinha y los cafeteros igualaron 1 a 1 en un encuentro que tuvo de todo: goles, polémicas, tarjetas amarillas y hasta un choque de cabezas que terminó con dos jugadores en el hospital. Un empate que, a priori, le sirve más a los de Lorenzo que a los de Dorival Júnior en la tabla de posiciones para el Mundial 2026.
El VAR, protagonista de la noche
Apenas arrancado el partido, a los cinco minutos, Raphinha, con una definición que más parecía un pase a la red que un remate, puso el 1 a 0 para Brasil tras un penal bastante discutible que el árbitro Alexis Herrera cobró luego de revisar el VAR. Una jugada que hizo acordar al famoso penal de Messi a Ecuador en la primera fecha de estas mismas Eliminatorias, pero esta vez benefició a la verdeamarela. Casi llegando al final del primer tiempo, Luis Díaz, con una volea magistral, como sacada de un manual del Diego, la clavó en el ángulo y puso el 1-1, desatando la locura colombiana. Un golazo que dejó sin palabras hasta al mismísimo Galvão Bueno.
Segundo tiempo: Cambios, amarillas y un final para el infarto
El complemento fue un ida y vuelta constante, con llegadas para ambos equipos. Brasil, con más posesión, intentó por todos los medios romper el cerrojo colombiano, pero se encontró con una defensa sólida y un Camilo Vargas inspirado, atajando todo lo que le tiraban, a lo Goycochea en el 90. Colombia, por su parte, apostó al contragolpe, con la velocidad de Arias y la magia de James, que entró con el pie derecho habilitando de maravillas a sus compañeros, parecía el Riquelme colombiano.
El partido se calentó y el árbitro Herrera empezó a repartir tarjetas amarillas como si fueran caramelos en un cumpleaños infantil. Hubo cambios en ambos equipos, buscando oxígeno y piernas frescas para el tramo final. El más destacado fue el ingreso de Matheus Cunha en Brasil, que le cambió la cara al ataque, pero no pudo concretar las chances que tuvo.
La jugada que marcó el final del encuentro fue el terrible choque de cabezas entre Davinson Sánchez y Alisson, que dejó a ambos jugadores tendidos en el campo de juego y obligó a sus respectivos equipos a realizar cambios obligados. Una imagen que preocupó a todos y que nos recuerda los riesgos que conlleva este deporte.
El partido terminó 1 a 1, un resultado que deja un sabor agridulce para ambos equipos. Brasil, jugando de local, no pudo conseguir la victoria que le hubiera permitido afianzarse en la punta de la tabla. Colombia, por su parte, rescató un punto valioso en una cancha difícil, aunque se quedó con la sensación de que pudo haber sido más. El partido quedó abierto para que la gente lo comente en redes sociales y bares de Buenos Aires… ¿estuvo bien cobrado el penal? ¿Debió expulsar a algún jugador Herrera?
