Se viene el clásico platense con Gimnasia y Estudiantes en situaciones dispares. El Lobo, con la pólvora mojada, busca romper una racha negativa. El Pincha, a pesar de un pequeño bajón, llega mejor parado. Darío Herrera será el encargado de impartir justicia en un Bosque que promete explotar.
Se pica en La Plata: Gimnasia y Estudiantes, a todo o nada
El clásico platense se juega en el Bosque, y la ciudad ya palpita un partido que promete ser más caliente que plancha de Carlos Bilardo en pleno agosto. Gimnasia, con más necesidad que perro en carnicería, busca cortar una racha de cinco partidos sin ganar. Dos empates y tres derrotas lo tienen en la décima posición de la Zona B, a un punto de la clasificación. Diego Flores, el DT, debe estar con más cábalas que Mostaza Merlo en un partido definitorio, buscando la fórmula para que su equipo vuelva al triunfo.
Por su parte, Estudiantes llega con un andar irregular. Cuatro partidos sin ganar en el torneo local, sumado a la derrota ante Audax Italiano por Copa Libertadores, pintan un panorama no tan alentador. Si bien se ubica quinto en la Zona A con 19 puntos, la presión por el clásico siempre está presente. ¿Será este el partido para que el equipo recupere la sonrisa? Recordemos la frase del Bambino Veira: «el que abandona no tiene premio», esperemos que ninguno de los equipos abandone la lucha..
Historial y antecedentes: ¿Quién manda en La Plata?
El historial entre estos dos equipos es tan extenso como la carrera de Riquelme en Argentinos Juniors: 188 partidos. Estudiantes lleva la delantera con 67 victorias, mientras que Gimnasia se impuso en 51 ocasiones. Los empates se llevaron el resto del botín con 70 partidos. Como diría el Chavo del 8: «Se me chispoteó», pero sin duda los números reflejan una rivalidad histórica.
Darío Herrera: El elegido para domar leones
El juez designado para este encuentro es Darío Herrera. Un árbitro con más experiencia que Palermo en el área. La tarea no será fácil: controlar las pulsaciones de un partido que promete ser tan intenso como un Boca-River. Esperemos que su actuación sea tan recordada como la del Ratón Ayala en el Mundial 2006… pero por las buenas razones, claro.