De las canchas de tierra al estrellato: Un repaso por las figuras de la Liga Profesional que se curtieron en el ascenso.
Del barro a la gloria: Figuras de la Liga Profesional que la rompieron en el ascenso
El fútbol argentino, una usina inagotable de talentos, suele ver florecer a sus estrellas desde los potreros más humildes. Muchos cracks que hoy brillan en la Liga Profesional, patearon sus primeras pelotas en las categorías más bajas del ascenso, curtiéndose en canchas que vieron de todo. Algunos, incluso, compartieron vestuario en esos inicios, como si el destino les hubiera deparado un futuro de grandeza compartida.
La dupla explosiva de la Academia: De Zárate y Floresta a la cima del continente
Adrián «Maravilla» Martínez y Maximiliano Salas, la dupla ofensiva de Racing que mete miedo hasta al más pintado, son el ejemplo perfecto de esta historia. Martínez, con un olfato goleador que ni el Kun Agüero en sus mejores épocas, arrancó en Defensores Unidos de Zárate, allá por la Primera C. Después de romperla en Atlanta, pasó por Paraguay, Brasil e Instituto antes de llegar a la Academia, donde ya ganó la Copa Sudamericana y la Recopa, con una cantidad de goles que lo pone a la altura de los más grandes. Un recorrido a lo Mostaza Merlo, pero con más goles.
Salas, por su parte, empezó a escribir su leyenda en All Boys, en la Primera Nacional. Su camino fue un poco más directo: O’Higgins de Chile, Necaxa de México, Palestino y finalmente Racing, donde junto a Martínez forman una delantera que, en palabras de Eber Ludueña, «despierta pasiones y rompe corazones».
Goleadores seriales con pasado en el ascenso: Giménez, el 9 que Boca necesitaba
Milton Giménez, el actual centrodelantero de Boca, también supo lo que es gambetear en el ascenso. Debutó en Atlanta, el mismo club que vio brillar a Martínez, y luego pasó por Midland (sí, el de la cuarta división) y Colegiales. Su ascenso meteórico lo llevó a Central Córdoba, Necaxa y Banfield, hasta que finalmente llegó al Xeneize, donde demuestra que su capacidad goleadora no es casualidad. Un ejemplo de perseverancia que ni el Cholo Simeone podría cuestionar.
No solo goles: Mansilla, el arquero que se hizo gigante desde el ascenso
Pero no solo de delanteros vive el fútbol. Matías Mansilla, el arquero de Estudiantes, es la prueba de que el ascenso también forja figuras en otras posiciones. Mansilla arrancó en Midland (otra vez Midland, ¿casualidad?) y luego pasó por Morón antes de llegar a Primera con Central Córdoba. En Estudiantes, ya ganó la Copa de la Liga y el Trofeo de Campeones, atajando penales claves como si fuera el Goycochea del siglo XXI.
Fattori, el motor de Argentinos que se curtió en Chicago
Finalmente, Federico Fattori, el mediocampista central de Argentinos Juniors, completa este repaso por las figuras del ascenso que brillan en la Liga Profesional. Fattori debutó en Nueva Chicago, pasó por Newell’s, volvió a Chicago, jugó en Temperley, la rompió en Ferro y llegó a Huracán antes de desembarcar en el Bicho. Un recorrido digno de un trotamundos, pero con la calidad intacta.
En definitiva, el ascenso argentino es un semillero inagotable de talento. Estos son solo algunos ejemplos de jugadores que, con esfuerzo y perseverancia, lograron llegar a la cima del fútbol argentino. Historias que demuestran que el camino al éxito no siempre es lineal, pero que la recompensa, cuando llega, tiene sabor a gloria. Y que, como diría el Bambino Veira, «el que no corre, vuela».