Independiente le ganó 2 a 0 a Vélez en Avellaneda con un doblete de Ávalos. El Fortín sigue en crisis y encima se suma la preocupación por la lesión de Lautaro Millán, que salió llorando en el primer tiempo.
El Rojo se despertó y profundizó la crisis del Fortín
En un Libertadores de América que parecía una sucursal del Hospital Italiano por la cantidad de lesionados que viene acumulando el Rojo, Independiente le ganó bien a Vélez por 2 a 0. Sí, leyó bien, ganó. Parece que el equipo de Zielinski, o mejor dicho del interino Vaccari, por fin entendió que esto es fútbol y no ajedrez. Y del otro lado, el Fortín, que más que Fortín parece un castillo de naipes a punto de derrumbarse con el viento de la crisis.
El partido lo abrió Ávalos, el mismo que hace unos meses parecía el primo lejano de Palermo bueno, a los 30 minutos después de un rebote que dejó Marchiori, arquero de Vélez, más corto que saludo de mafioso. Para colmo de males para la visita, a los 22 minutos del primer tiempo Millán, el pibe de Independiente que estaba jugando mejor que Messi en el Barcelona del 2011, tuvo que salir lesionado entre lágrimas después de una entrada digna de Materazzi. Un baldazo de agua fría para el Rojo… o no tanto, porque entró Montiel y tiró el centro para el segundo de Ávalos, de cabeza, a los 42 minutos. Un golazo que ni el Bambino Veira en sus mejores épocas hubiese imaginado.
Segundo tiempo y el Fortín no despertó
El complemento fue más de lo mismo: Vélez intentando y el Rojo esperando para liquidarlo de contra. Romero entró por Santos, un cambio que nos hizo acordar a cuando Ramón Díaz metía a Cavenaghi en el 2002. Mucha chapa, pero poco fútbol. Bouzat, que parecía el único que quería jugar en Vélez, terminó amonestado. El Rey, arquero del Rojo, se vistió de héroe en un par de ocasiones, incluyendo una atajada a Romero que si terminaba en gol era candidata al Puskas.
Independiente hizo los cambios para aguantar el resultado, quemando tiempo como si fuese el último minuto de una final del mundo. Vélez, por su parte, siguió con la pólvora mojada y terminó el partido con más amarillas que situaciones de gol. Una derrota que deja al equipo de Liniers en la lona y con Domínguez cada vez más cerca de irse a pescar pejerreyes al Salado.
(1-0) El gol de Ávalos para Independiente vs. Vélez
