Luka Doncic se despidió de los Mavericks tras su traspaso, expresando su amor por Dallas y su afición, aunque sin mencionar a la dirigencia. El esloveno dejó claro que su intención no era abandonar la franquicia y afirmó que mantendrá su pasión por el juego donde sea que juegue, dejando entrever que se vienen más capítulos de esta novela.
Luego del revuelo causado por el traspaso que involucró a los Dallas Mavericks, Los Ángeles Lakers y Utah Jazz, Luka Dončić finalmente rompió el silencio. A través de un comunicado en sus redes sociales, el base esloveno se despidió de la franquicia que lo vio crecer durante siete años. Con un tono emotivo, pero sin hacer alusión alguna a los directivos, Dončić se dirigió a sus fanáticos, dejando entrever que su salida no fue precisamente de mutuo acuerdo. Parece que esta historia todavía tiene varios rounds por jugarse.
El adiós de Doncic: ¿una carta de amor o un pase de factura?
«Llegué siendo un adolescente hace siete años, con el sueño de jugar básquet al más alto nivel», arrancó Doncic, «Pensé que pasaría mi carrera aquí y anhelaba traerles un campeonato. El cariño y el apoyo que me dieron superaron cualquier expectativa. Hicieron que el norte de Texas se sintiera como mi hogar, un lugar lejos de casa para un joven esloveno que llegaba a Estados Unidos por primera vez».
Con un tono que oscilaba entre la gratitud y algo parecido al despecho, el ex Mavericks prosiguió: «En las buenas y en las malas, desde las lesiones hasta las finales de la NBA, su aliento nunca flaqueó. Gracias no solo por compartir mi alegría en nuestros mejores momentos, sino también por levantarme cuando más lo necesitaba.»
Doncic también tuvo palabras para la comunidad de Dallas: «A todas las organizaciones con las que he colaborado en la ciudad, gracias por permitirme aportar a su importante labor y unirme a ustedes para llevar luz a quienes lo necesitan. Al embarcarme en esta nueva etapa en el mundo del básquet, me voy de una ciudad que siempre sentiré como un segundo hogar». Para cerrar, dejó una frase que resuena con peso: «Dallas es un lugar especial y los hinchas de los Mavs, aún más especiales. Gracias desde el fondo de mi corazón».
Luka se va de Dallas tras 422 partidos, dejando una marca de 28.6 puntos, 8.7 rebotes, 8.3 asistencias y 1.2 robos por encuentro en casi 35 minutos de juego. Pero la cosa no terminó ahí. Tras la publicación de su misiva, citó un posteo donde reafirmó: «Estoy agradecido por esta increíble oportunidad. El básquet significa todo para mí y, juegue donde juegue, lo haré con la misma alegría, pasión y un único objetivo: ganar campeonatos.» ¿Será que alguien se sintió aludido? Hay olor a quilombo en el aire, como diría el tío Eber Ludueña.
Un futuro incierto, pero con la misma hambre de gloria
Parece que el traspaso de Doncic a los Lakers es una movida que ni el propio jugador esperaba, aunque él se encargue de decir que está “agradecido por la oportunidad”. Sus palabras llevan un mensaje implícito, dejando claro que no se fue por gusto, sino por azares del destino o, mejor dicho, por las decisiones de “arriba”. Ahora bien, el hincha se pregunta, ¿cómo encajará Doncic en Los Ángeles? ¿Podrá desplegar el potencial que demostró en Dallas? Lo cierto es que el esloveno ya está planeando cómo conquistar otro campeonato, cual Messi en un mundial, y no importa si juega en el Staples Center o en el fondo de una cancha barrial. Al final, con tal de hacerla rebotar parece que todo vale.
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