Cristiano Ronaldo reveló entre risas que su hijo Mateo prefiere a Mbappé antes que a él, incluso le dice «papá, es mejor que tú». El astro portugués, a punto de cumplir 40, se toma con humor la situación, mientras sigue enfocado en alcanzar los 1000 goles y recuerda con cariño su etapa en el Real Madrid.
El culebrón de la rivalidad entre Cristiano Ronaldo y Lionel Messi quizás ya no desate las mismas pasiones que en la época dorada del clásico español, sin embargo, el portugués sigue dando de qué hablar. A punto de celebrar sus 40 abriles, el bicho no afloja, ahora en Arabia Saudita, y apunta a un nuevo hito: los 1000 goles. Una cifra que, para un tipo de su talla, no suena para nada descabellada.
Con 921 goles en el bolsillo, construidos a puro esfuerzo en clubes como Sporting de Lisboa, Manchester United, Real Madrid, Juventus y ahora Al-Nassr, Cristiano no mira para atrás. Y si hablamos de dejar huella, Madrid parece ser el lugar que más le quedó grabado en el corazón: «Fue a lo mejor el lugar donde fui más feliz, futbolísticamente. Cuando dejas un legado, una marca, la gente no se olvida. A lo mejor cuando termine la carrera, algo pueda pasar ahí», confesó. Palabras que resuenan como un guiño a un posible retorno, ¿quién sabe?

Un Mbappé que le roba el protagonismo
En una charla imperdible con el periodista Edu Aguirre, que verá la luz el lunes próximo, CR7 habló de todo: de su relación con Messi, de su familia y, sobre todo, de su hijo Mateo, quien parece tener otros ídolos en la retina. Pero tranquilos, que ni siquiera el astro argentino logra sacarle la corona a su nuevo «favorito». “Le gusta mucho Mbappé. Me pica, me dice ‘papá, Mbappé es mejor que tú'», reveló entre risas. ¡Tremenda declaración de un pibe que, seguramente, ya le está dando material a los programas deportivos para debatir!
¿Y cómo reacciona el ego de un crack como Ronaldo ante semejante afirmación de su retoño? Con la gracia que lo caracteriza, claro: «Yo le digo «nooo, papá es mejor que Mbappé, tengo más goles que él». Y, fiel a su estilo, no escatimó elogios para el francés, hoy figura del Real Madrid: «Lo veo como un crack». Un reconocimiento que, viniendo de quien viene, no es poca cosa.

El «Llora» competitivo
Mientras algunos se inspiran en otros, Cristiano contó que en su infancia nunca tuvo un espejo futbolístico, un tal «ídolo» que le robara el sueño: «Ídolo de idolatrar, de copiar, no. Eso no», aseguró. Lo que sí tuvo, y en cantidades industriales, fue una sed de victoria que lo marcaba a fuego: «Odiaba perder y lloraba. Iba a casa a llorar. Hasta mis vecinos me llamaban ‘el llora’”. El tipo era un competidor por naturaleza de esos que te hacen ganar los partidos y los campeonatos.
Esa «mala hostia», como él mismo la llama, aún sigue siendo parte de su ADN futbolístico: «Sigo con esa mala hostia de perder en el campo. No soy perfecto, admito que a veces exagero, pero es mi manera de ser y no voy a cambiar». Y cuando hablamos de aceptar las derrotas, parece que la familia le da una lección: «A veces llego a casa y mis hijas me reprochan: ‘Papá, ¿por qué hablabas así con el árbitro? ¿Por qué levantabas los brazos?’. Pero bueno, papá es así y ya está». Un auténtico show, dentro y fuera de la cancha.