Luciano González, hijo del «Kily», se suma a Brown de Adrogué buscando su debut profesional en Argentina tras un paso sin minutos por Uruguay. El Tricolor viene dulce con un triunfo en el Apertura de la Primera B.
El hijo del «Kily» González busca su lugar en el ascenso
El fútbol argentino, una fábrica inagotable de apellidos ilustres, ve asomar una nueva generación con el peso de la historia sobre sus hombros. Luciano González, hijo del mítico Cristián «Kily» González, se suma a Brown de Adrogué con la ilusión de escribir su propia historia, lejos de la sombra paterna pero con la misma pasión por la redonda.
Con 23 años, el volante surgido de la cantera de Rosario Central, donde su padre es leyenda, llega al Tricolor tras un paso fugaz por Boston River de Uruguay. Si bien no sumó minutos oficiales en el charrúa, la esperanza de debutar profesionalmente se renueva en el conjunto dirigido por Fabián Lisa. ¿Será este el torneo de su despegue? Como diría el Bambino Veira: «Que la siga chupando».
Brown de Adrogué lo anunció en sus redes con bombos y platillos: «Dale Lucho, uno más para el medio!». El club destacó su «gran despliegue en el campo de juego» y su formación en Rosario Central. Un guiño para los nostálgicos Canallas y una apuesta para el futuro del equipo.

Brown, con el envión anímico del triunfo
El Tricolor arrancó el Apertura de la Primera B con el pie derecho. Tras la postergación de su debut ante Acassuso, Brown le ganó 2-0 a Excursionistas y se acomodó en la novena posición con tres puntos. La llegada de varios refuerzos, incluido Luciano González, genera un clima de optimismo en Adrogué. ¿Alcanzará para pelear el campeonato? Solo el tiempo lo dirá.

¿Un nuevo ídolo en el horizonte?
La pregunta que todos se hacen es si Luciano heredó la garra y el talento de su padre. ¿Será capaz de emular las hazañas del «Kily» en la Selección Argentina o en el Valencia? Recordemos que el Kily, con su zurda mágica, supo deslumbrar en Europa y ganar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. La vara está alta, pero en el fútbol argentino nunca se sabe. Como decía el gran Eber Ludueña: «Esto es fútbol, señores, y en el fútbol puede pasar cualquier cosa».