El Mellizo Barros Schelotto asumió en Vélez con la misión de pulir las joyas de las inferiores y devolverle la mística ganadora al Fortín, campeón en 2024. ¿Podrá el Guillermo emular a Bianchi y dejar su huella en Liniers?
El Mellizo Barros Schelotto, nuevo director técnico de Vélez
Asumió con bombos y platillos Guillermo Barros Schelotto como flamante entrenador de Vélez Sarsfield. El club de Liniers, que viene de un año turbulento después de haber salido campeón en 2024 (¿les suena a alguno la historia de Racing campeón y después…), busca recuperar la senda del triunfo bajo la batuta del Mellizo. Dos triunfos al hilo con Bravo como interino calmaron las aguas, pero ahora la exigencia es otra.
¿Bianchi en la cabeza?
«Para mí es un orgullo estar en el lugar donde estuvo Carlos Bianchi, uno de los técnicos que más me marcó en mi carrera», arrancó Guillermo, tirando una frase que seguro va a generar debate en el mundo velezano. ¿Se viene el Virrey 2.0 o es mucho chamullo para arrancar? Recordemos que Bianchi, además de ser ídolo en Vélez, también es palabra santa en Boca, donde el Mellizo supo brillar como jugador. La comparación es inevitable, y la presión, ni hablar.
Juveniles al poder (¿y los resultados?)
Barros Schelotto dejó clarito que lo sedujo el proyecto de laburar con los pibes del club: «Me interesó el proyecto de volver al fútbol argentino de desarrollar juveniles para pelear contra cualquiera». ¿Será que el Mellizo se inspiró en Pekerman y su camada dorada o estamos ante un nuevo caso de Mascherano en la Sub 20? Recordemos que Vélez tiene una cantera que históricamente ha dado frutos, pero…¿alcanza con eso para pelear arriba? El Mellizo fue cauto con las expectativas a corto plazo: «veremos cómo están en lo deportivo, lo futbolístico y lo físico». O sea, ni él sabe cómo va a terminar esto.
Un Vélez ofensivo (a lo Gareca… ¿o a lo Russo?)
Eso sí, el Mellizo prometió un equipo que salga a comerse la cancha: «Vamos a ser un equipo que salga a atacar, a ganar, juguemos acá o en otro lado». ¿Se viene un Vélez a lo Gareca, con presión alta y juego vistoso? ¿O terminaremos viendo un equipo mezquino y defensivo como los de Russo? El tiempo (y los partidos) lo dirán. Lo cierto es que el Mellizo tiene la difícil tarea de reconstruir un equipo campeón y, al mismo tiempo, darle rodaje a los juveniles. La pregunta del millón es: ¿tendrá la paciencia de los hinchas y los dirigentes para llevar a cabo su proyecto?
