Se destapa la olla en la gimnasia italiana: Julieta Cantaluppi, ex entrenadora de inferiores, acusada de humillar a menores, incluyendo a la medallista olímpica Sofia Raffaeli. Maltratos que incluían obligarlas a quitarse la ropa por cada error en los entrenamientos. Y como si fuera poco, aparecen dirigentes de la Federación con comentarios misóginos sobre las atletas. Un papelón digno del descenso del Parma.
Italia, tierra de la pizza y los escándalos en la gimnasia
La gimnasia italiana está más enredada que el VAR en un partido de la Selección. Tras la reciente salida de Emanuela Maccarani, histórica entrenadora acusada de maltrato, ahora salpica a Julieta Cantaluppi, ex seleccionadora de inferiores y actual DT de Israel. Según La Gazzetta dello Sport, Cantaluppi sometía a menores a humillaciones que harían sonrojar hasta al Diablo Boselli.

Cantaluppi: ¿Entrenadora o déspota de la moda?
Resulta que a Cantaluppi se le ocurrió la brillante idea de obligar a sus pupilas a quitarse prendas de ropa por cada error en los entrenamientos. Sí, leyeron bien: ¡desvestirse por fallar una pirueta! Entre las afectadas figura ni más ni menos que Sofia Raffaeli, bronce en París 2024, que en ese momento era menor de edad. Un método de entrenamiento tan efectivo como patear tiros libres con ojotas.
Recordemos que las denuncias contra Maccarani comenzaron en 2022, cuando gimnastas como Nina Corradini y Anna Basta destaparon una olla a presión llena de maltratos, incluyendo pesajes públicos y lluvias de insultos. A raíz de esto, las barbaridades de Cantaluppi salieron a la luz como un penal mal cobrado en el último minuto.
En una llamada interceptada, Olga Tishina, mano derecha de Maccarani, describe el modus operandi de Cantaluppi con lujo de detalles: "Con ella todo es mucho peor…obligaba a Raffaeli y Serena Ottaviani a lanzarse el aro… y cada vez que no podían hacerlo, tenían que quitarse parte de la ropa. Y al final se quedaban en ropa interior". ¿En serio? ¿Así se forma a un campeón olímpico? Parece que Cantaluppi confundió gimnasia rítmica con un desfile de modas en Milán.
Y por si fuera poco, Tishina agrega: "Las encerraba en una habitación pequeña y fría, sin teléfono, sin nada, porque entrenaban mal. Las castigaba". Parece que a Cantaluppi le faltaba poco para implementar el Cuarto Oscuro de Videomatch en sus entrenamientos.
Dirigentes que dan más vergüenza que el gol de Palermo a Colombia
Pero la cosa no termina ahí. Andrea Facci, actual presidente de la Federación de Gimnasia Italiana (FGI), y Gherardo Tecchi, su antecesor, fueron pescados con comentarios sobre Ginevra Parrini que son dignos de un asado con Bilardo en los 80′. Después de que Parrini apoyara públicamente a las gimnastas que denunciaron a Maccarani, Facci disparó: "Es una vagina hermosa… y le interesaba que la vieran". Un nivel de machismo que ni el Topo Gigio se animaría a tanto.
Si bien Facci pidió disculpas (después del escándalo, obvio), la Fiscalía General del Deporte prometió investigar a fondo. La gimnasia italiana, un deporte que debería inspirar gracia y belleza, se convirtió en un circo de cuarta categoría. Una historia tan turbia que hasta Netflix la rechazaría por inverosímil.