Marcos Acuña, campeón del mundo con la Selección, necesita levantar su nivel en River. Gallardo lo necesita en su mejor versión para la Copa Libertadores, y el partido contra Rosario Central es clave para su recuperación.
El Huevo Acuña y la necesidad de volver a cuajar: ¿Se le pasó el tren?
Tras un semestre para el olvido, cargado de lesiones y bajos rendimientos, Marcos Acuña se encuentra en la cuerda floja en River Plate. Si bien su calidad futbolística es indiscutible – como la pegada de tiro libre del Diego contra los ingleses en el ‘86 –, su físico parece haberle jugado una mala pasada. Y claro, no es para menos, con dos desgarros y una tendinitis en el isquiotibial izquierdo en el segundo semestre del 2024, el Huevo no ha podido demostrar ni la mitad de lo que se esperaba de él cuando llegó al Millonario. ¿Será que se comió el verso de que con la cinta de campeón ya estaba todo hecho?
Abril, un mes clave para el Huevo
Abril se presenta como un mes crucial para el lateral zurdo. Con la Copa Libertadores a la vuelta de la esquina, Gallardo necesita que Acuña recupere su mejor nivel, esa garra que lo llevó a ser campeón del mundo. El partido de este sábado contra Rosario Central, a días del choque copero ante Universitario en Perú, es una prueba de fuego. El tándem Coronel-Duarte por la derecha del Canalla viene afilado cual cuchillo de carnicero, y el Huevo deberá estar a la altura – casi como Fillol en el arco en el ‘78. No puede darse el lujo de cometer errores como el que le costó el primer gol de Estudiantes en este campeonato.
Los números no mienten: un semestre flojo
Con apenas 683 minutos en nueve partidos (ocho como titular), sin asistencias y con visibles falencias en el retroceso, los números de Acuña en este semestre son alarmantes, casi como el promedio de goles que se comía el Pato Abbondanzieri en sus peores épocas. Incluso, el Muñeco lo reemplazó por Casco en cuatro de los 12 partidos del 2025, y hasta buscó un lateral izquierdo en el mercado de pases. Para colmo, Scaloni lo dejó afuera de la última convocatoria de la Selección. ¿Será que el Huevo perdió su lugar en la Scaloneta para siempre, como Passarella después del Mundial ‘86?
La pregunta que todos nos hacemos es: ¿podrá Acuña revertir esta situación y volver a ser el jugador que deslumbró en Europa? El tiempo dirá. Lo que está claro es que Gallardo y la hinchada de River lo necesitan al 100%, porque la Libertadores, amigos, es la Libertadores. Y ahí, como decía el Bambino Veira, «la pelota no se mancha».