Franco Armani, figura indiscutida en el empate de River ante Riestra. El Pulpo salvó al equipo de la derrota con una atajada monumental en el último minuto y sigue demostrando su nivel de campeón del mundo. Armani, con la valla menos vencida del torneo, elogió a su colega Ignacio Arce, arquero del Malevo.
Armani, el salvador de River en el Bajo Flores
La cancha de Riestra era una caldera, un partido para gladiadores, no para estilistas. Así lo planteó el Malevo y así lo sufrió River. «Era una cancha difícil. Sabíamos que iba a ser un partido más físico que de intentar jugar, porque la manera de ellos es esa. Desde el juego friccionado buscan generar peligro», analizó Franco Armani, con la precisión de un cirujano después de una operación exitosa. Y sí, el Dibu Martínez del conurbano bonaerense tuvo que sacar a relucir todo su repertorio para evitar la derrota.
Si bien Riestra no generó un vendaval de ocasiones, como si fuera el Barcelona de Guardiola, tuvo una clarita en el final del partido. Un centro llovido, la defensa Millonaria desorientada como un caballo en una confitería y apareció él, el Pulpo, el tipo que te saca una pelota imposible cuando parecía que la pelota ya estaba adentro. Atajadón monumental que nos recuerda a la tapada de Goycochea a Serena en el 90.
Armani, el cerrojo del Millonario
Armani no solo es un arquero que aparece en los momentos clave, como el Chapulín Colorado cuando se lo necesita, sino que es una garantía de solidez durante todo el partido. Con más vallas invictas que partidos perdidos, el 1 de River es el candado que todo equipo quisiera tener. Nueve vallas invictas en 11 partidos en 2025, incluyendo la Supercopa Internacional ante Talleres, son números que hablan por sí solos. Como decía Mostaza Merlo: “paso a paso, valla invicta a valla invicta”.
Y como buen compañero, como si fuera el Bochini del arco, Armani también tuvo palabras de elogio para su colega Ignacio Arce, arquero de Riestra, quien también tuvo una destacada actuación. “En las opciones que tuvimos estuvo muy bien Arce. Lo felicito, porque está pasando un muy buen momento y sé de dónde vino y cómo la peleó”, declaró el Pulpo. Un grande reconociendo a otro, como cuando Maradona elogiaba a Francescoli. Arce, emocionado como un pibe que recibe su primera camiseta, respondió: “Es un orgullo que un campeón del mundo hable así de uno”.
La seguridad de tener un Armani en el arco
Como si fuera el último bastión, la muralla china en el fondo, Armani representa la seguridad que necesita River para pelear todos los campeonatos. Gallardo, con su sabiduría futbolera digna del Bambino Veira, lo resume en una frase: «siempre está». Y sí, Muñeco, tenés razón, Armani siempre está. Después de un pequeño traspié en la primera fecha contra Platense, el Pulpo se recuperó y hoy está en un nivel superlativo. «Tras su error en la primera fecha (con Platense) se hablaba mucho, pero pudo sobreponerse. Está teniendo un presente bárbaro”, sentenció el técnico. Un Armani en forma es sinónimo de tranquilidad para River. Y para los hinchas, claro.