Mientras River remontaba un partidazo en la altura de Quito, en Buenos Aires explotaba la bomba: Cavani afuera del Superclásico por lesión. Armani, con la tranquilidad de un arquero que ataja penales con los ojos cerrados, le restó importancia a la ausencia del uruguayo y se enfocó en el rendimiento del equipo.
Armani, impasible ante la baja de Cavani: «Nos fijamos en nosotros»
La altura de Quito no fue el único desafío que enfrentó River. Mientras el Millonario sudaba la camiseta para empatar un partido épico contra Independiente del Valle, una noticia sacudía La Boca: Edinson Cavani, el goleador charrúa, se perdería el Superclásico por una lesión muscular. La noticia viajó más rápido que un centro de De La Cruz y llegó a oídos de Franco Armani, quien, con la misma frialdad que demuestra bajo los tres palos, le bajó el precio a la ausencia del delantero.
«No nos fijamos en eso, nos fijamos en nosotros y en lo que podemos hacer», declaró el Pulpo, demostrando una concentración digna de un monje tibetano. Ni la posibilidad de no tener que enfrentarse al principal referente de ataque de Boca logró sacarlo de su eje. Como si fuera un partido más, Armani ya estaba pensando en la recuperación y en el próximo encuentro: «Tenemos que recuperarnos bien para preparar el partido del domingo».
El análisis del partido en la altura: «Cambiamos del primer tiempo al segundo y se vio»
El arquero, que una vez más se vistió de héroe con una atajada clave, analizó el rendimiento del equipo de Gallardo en la altura quiteña. «Cambiamos del primer tiempo al segundo y se vio. Tuvimos el control de la pelota, no erramos pases y fuimos agresivos para no dejar jugar la rival. Y las opciones que tuvimos, las convertimos», explicó Armani. Reconoció la dificultad impuesta por los 2.850 metros sobre el nivel del mar, pero destacó la garra del equipo para sacar un «lindo partido adelante».
Si bien los goles de Galoppo y Driussi, y el partidazo de Lanzini y Fernández se robaron los flashes, Armani, como un buen defensor central a la antigua, hizo el trabajo silencioso pero fundamental. Sin responsabilidad en los goles recibidos, tuvo una intervención providencial en el segundo tiempo, cuando Juanito Cazares, surgido de la cantera millonaria, casi convierte el tercero para Independiente del Valle. Con un manotazo felino, Armani desvió el remate al palo, evitando lo que podría haber sido una derrota catastrófica. Una tapada a lo Goycochea en Italia 90, para mantener vivo al equipo. «Siempre hay que estar atento cuando el rival ataca y cuando el equipo me necesita. Ojalá pueda seguir dándole lo mejor al equipo», declaró el arquero.
Armani, un Pulpo en la historia de River
Con este partido, Armani no solo se agigantó bajo los tres palos, sino que también agrandó su leyenda en River. Alcanzó los 331 partidos con la Banda, igualando la marca del Gran Capitán, Daniel Passarella, y ubicándose en el puesto 18° de la tabla histórica de jugadores con más presencias en el club. Una marca que lo pone a la altura de los más grandes ídolos del Millonario, casi rozando el Olimpo donde reside el Beto Alonso. Además, llegó a los 105 partidos en la Copa Libertadores, acechando el récord de Ever Hugo Almeida, el jugador con más presencias en la historia del torneo continental. El Chili de Casilda, como un buen vino, parece mejorar con los años.
El resumen del empate de River ante Independiente del Valle
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