Franco Armani sigue demostrando por qué es uno de los arqueros más importantes de la historia de River Plate. Sus actuaciones destacadas son un arma de doble filo: celebradas por los hinchas, pero también un reflejo de que el equipo necesita mejorar en defensa. El propio Armani y Gallardo reconocen la ambición y el esfuerzo del arquero para estar siempre a la altura del club.
Armani de doble filo: ¿Héroe o síntoma?
Franco Armani, señoras y señores. Un tipo que, sinceramente, te ataja hasta los pensamientos. El arquero de River, ese que nos dio tantas alegrías, sigue demostrando que tiene cuerda para rato. Pero acá viene el tema, ¿no? ¿Es para celebrar a rabiar cada tapada o para preocuparse de que el tipo tenga que laburar más de la cuenta?
«Siempre trato de mejorar, de esforzarme día a día porque el club te obliga a estar de la mejor manera. Trato de aprovechar todo. Hago de todo en el entrenamiento», así, sin vueltas, contaba Armani en una nota con durante la pretemporada. Un laburante, el tipo. Imposible negarlo.
### El «Muñeco» lo veía venir
Y ojo, que el «Muñeco» Gallardo, que no es ningún improvisado, ya lo había anticipado: «Franco sigue teniendo esa ambición de seguir estando presente y consolidándose a diario como te lo exige la historia de este club, porque no te podés relajar y él es un chico que no se relaja». Palabras proféticas, muchachos.
### ¿Realmente es Armani el problema?
A ver, seamos honestos, ¿cuántas veces nos salvó Armani de papelones monumentales? ¿Cuántas veces lo vimos volar para evitar lo que parecía un gol cantado? El tipo es un crack, no hay dudas. Pero… ¿no será hora de que la defensa empiece a darle una mano? Porque si Armani es figura constante, algo no está funcionando del todo bien en el esquema, ¿o no?
Es como tener a Messi metiendo goles de tiro libre todos los partidos. ¡Una maravilla! Pero si dependemos solo de eso, estamos fritos. Acá pasa lo mismo. Armani te tapa una, dos, tres… pero al final, sabemos cómo termina la historia si dependemos de un solo hombre.
### Más allá de los números: el corazón de un campeón
Más allá de las estadísticas, de los récords y de las tapadas espectaculares, hay algo que no se puede discutir: el compromiso de Armani con River. Un tipo que se mata en cada entrenamiento, que deja el alma en cada partido y que, a pesar de todo, siempre tiene una palabra de aliento para sus compañeros. Eso, señores, vale oro. Un verdadero Eber Ludueña del arco, pero con la humildad a flor de piel.
Así que, celebremos a Armani, claro que sí. Pero también exijámosle al equipo que lo acompañe, que lo respalde y que le dé la tranquilidad que necesita para seguir haciendo lo que mejor sabe: atajar hasta las balas. Porque al final, de eso se trata el fútbol, ¿no? De ser un equipo, de tirar todos para el mismo lado y de bancarse las malas para disfrutar las buenas. ¡Vamos River, carajo!
