Ever Banega, como si fuera el mismísimo Mostaza Merlo en sus mejores épocas, orquestó la victoria de Newell’s sobre Boca. El volante fue la figura del partido, manejando los hilos del mediocampo leproso y asistiendo en el segundo gol. Su actuación no solo le dio el triunfo a su equipo, sino que también refregó en la cara del Xeneize la oportunidad perdida de ficharlo.
Banega, el director de orquesta de la Lepra, le dio una lección de fútbol a Boca
De galera y bastón. Ever Banega jugó un partidazo. Ante Boca, fue el eje del mediocampo de Newell’s, manejando la pelota con la sabiduría de un veterano y la clase de un distinto. Como si fuera el Burrito Ortega en el Monumental, pero con la camiseta rojinegra, Banega se hizo dueño del partido desde el pitazo inicial. Belmonte y Delgado, los volantes xeneizes, parecieron conos ante la magia del ex Valencia. El Tano controló los tiempos, escondió la pelota cuando fue necesario y asistió a sus compañeros con una precisión quirúrgica que ya quisieran tener muchos equipos.
Un pase gol a lo Riquelme para decorar la victoria
No conforme con su dominio en la mitad de la cancha, Ever también se despachó con una asistencia de lujo para el segundo gol de Newell’s. Un centro milimétrico a la cabeza de Luciano Lollo, que solo tuvo que empujarla para desatar la locura en el Coloso Marcelo Bielsa. Una jugada que nos hizo acordar a las genialidades de Román en La Bombonera. «Uno intenta jugar como siempre lo hice. Le agradezco a mis compañeros que me dan la oportunidad de jugar y de tener la pelota», declaró el capitán leproso después del partido, con la humildad de un campeón.
La espina que quedó clavada en Boca
La actuación de Banega no solo fue una alegría para los hinchas de Newell’s, sino también un recordatorio amargo para Boca. El Consejo de Fútbol xeneize quiso repatriar al volante a fines del 2023, pero el Tano finalmente decidió volver a la Lepra. ¿Se estarán arrepintiendo ahora en La Ribera? «Siempre es lindo jugar estos partidos, y más cuando tengo un pasado», comentó Banega, con una sonrisa pícara que seguro no cayó bien en el Mundo Boca. Como dice el Bambino Veira, «el que no hace goles, los ve hacer». Y Boca, esta vez, vio cómo Banega le daba una cátedra de fútbol.
Newell’s Old Boys –