Banfield y La Lepra empataron sin goles en un partido para el olvido. El Taladro tuvo las más claras pero no las supo meter, mientras que los mendocinos aguantaron como pudieron. Un punto para cada uno que no le sirve a ninguno.
En el Florencio Sola, Banfield e Independiente Rivadavia igualaron 0 a 0 en un partido que se pareció más a un entrenamiento de pretemporada que a un encuentro de Primera División. Si bien el Taladro dominó la pelota y generó las situaciones más claras, careció de la contundencia necesaria para romper el cero. La Lepra, por su parte, se dedicó a defender con uñas y dientes y apostó a alguna contra aislada que nunca llegó a inquietar seriamente a Facundo Cambeses.
Un partido flojo, con pocas luces y mucho para el olvido
El primer tiempo fue un bostezo. Banfield intentó imponer su juego pero chocó contra la férrea defensa mendocina. Independiente Rivadavia, con más actitud que fútbol, se plantó de contra y buscó aprovechar algún error del local. Sin embargo, las imprecisiones fueron una constante y las emociones brillaron por su ausencia. Parecía un partido homenaje al «Cuchu» Cambiasso, pero sin la magia del volante.
En el complemento, el Taladro salió con un poco más de decisión y tuvo algunas chances para abrir el marcador. La más clara la tuvo Sebastián Sosa Sánchez, quien remató dentro del área chica pero su disparo se fue desviado. Independiente Rivadavia, agazapado en su campo, apostó al contragolpe pero no logró generar peligro. El partido se fue apagando de a poco y el empate sin goles terminó siendo un justo reflejo de lo que se vio en la cancha.
¿Para qué te traje? Un punto que no sirve a nadie
Con este resultado, Banfield suma apenas un punto en dos partidos jugados y se ubica en la parte baja de la tabla. Independiente Rivadavia, por su parte, cosechó su primera unidad en el torneo pero sigue en zona de descenso. Ambos equipos deberán mejorar mucho si quieren pelear por algo importante en este campeonato. Da la sensación que ambos técnicos, como diría Mostaza Merlo, «están haciendo la plancha».
Parecía que el partido lo iba a ganar el que se equivocaba menos, y al final terminaron los dos sin errores… ¡pero también sin aciertos! Se repartieron los puntos como si fueran figuritas repetidas. Habrá que esperar a la próxima fecha para ver si alguno se anima a jugar un poco más al fútbol y menos al metegol.