Miguel Borja, el goleador silencioso de River, metió otro gol clave para abrir el marcador contra San Martín de San Juan. Con este tanto, el Colibrí no solo llegó a 56 goles con la Banda, sino que también reafirmó su rol como amuleto de la suerte: casi la mitad de sus goles fueron los primeros del partido, una estadística que lo convierte en figura fundamental para el equipo de Gallardo.
El Colibrí Borja, el As de Espadas de Gallardo en River
Borja, el delantero colombiano que llegó a River con bombos y platillos, volvió a demostrar su olfato goleador en el partido contra San Martín de San Juan. No solo le dio al equipo una referencia en ataque que parecía perdida en el limbo del primer tiempo, sino que también se despachó con el primer gol del partido, el que destrabó el encuentro y le dio tranquilidad al Millonario. ¿Será que estamos ante un nuevo «Matador» Kempes, un tipo que aparece cuando más se lo necesita?
Borja, sinónimo de gol inicial
Con el tanto convertido en San Juan, el Colibrí llegó a la nada despreciable cifra de 56 goles con la camiseta de la Banda. Un promedio de un gol cada 119 minutos, que lo pone a la altura de cualquier goleador de raza. Pero lo que realmente llama la atención es la capacidad de Borja para abrir el marcador: 24 veces desde su llegada a Núñez, el colombiano fue el encargado de romper el cero. Casi la mitad de sus goles (el 42%, para ser exactos) sirvieron para inaugurar el tanteador. Un dato que demuestra su importancia a la hora de destrabar partidos cerrados y darle una ventaja inicial a su equipo, tal como lo haría un Maradona gambeteando ingleses en el ’86.
El Colibrí, un pájaro de buen agüero
Pero la cosa no termina ahí. Borja no solo mete goles, sino que mete goles importantes. Goles que valen puntos, goles que cambian partidos. De los 56 goles que lleva convertidos con la Banda, 35 sirvieron para que River sume puntos clave. O sea, sin esos goles, el Millonario habría perdido 38 puntos en total. Un número que asusta y que demuestra la influencia del colombiano en los resultados del equipo. ¿Se acuerdan del Bambino Veira, entrando en el segundo tiempo y cambiando la historia de un partido? Bueno, Borja es algo así, pero en versión goleadora.
Desde la vuelta del Muñeco Gallardo, el Colibrí ya salvó cinco puntos para River: el 1-0 a Lanús, el 1-1 contra Vélez y el agónico 2-1 frente a Talleres por la Libertadores. Tres partidos que, sin los goles de Borja, hubieran terminado de otra manera. Parece que el colombiano tiene la fórmula mágica para desatar nudos futbolísticos, algo así como el tiro libre de Riquelme, pero con más potencia y menos rosca.
El gol de Borja contra San Martín de San Juan
River Plate –
Borja anotó el 1-0 para River
En definitiva, Borja se convirtió en una pieza fundamental para River. Un goleador silencioso, pero efectivo. Un jugador que quizás no tenga la magia de un Aimar o la gambeta endiablada de un Messi, pero que a la hora de la verdad, aparece y define. Y eso, en el fútbol, vale oro.