Borja salió zapateando contra Gimnasia, pero parece que zafó. En River respiran aliviados porque el Colibrí podría llegar al Superclásico.
¿Borja llega al Superclásico? En River prenden velas
River entrenó este sábado en Ezeiza y la preocupación era palpable. Después de la salida entre lágrimas de Miguel Borja contra Gimnasia, el ambiente estaba más tenso que un penal en el minuto 90. El Colibrí, con un dolor que parecía sacado de una tragedia griega en el aductor derecho, había dejado la cancha antes de lo que un hincha de Boca tarda en pedir un penal.
Pero como en el fútbol la pelota siempre da revancha, parece que esta vez la suerte está del lado del Millonario. Sin necesidad de resonancia ni estudios rimbombantes, los médicos del club le hicieron un chequeo exprés a Borja en el Camp. Y contra todo pronóstico, el diagnóstico inicial indica que no hay lesión muscular, sino un problema en la inserción entre el pubis y el aductor. ¿Será un amague como los que hacía el Beto Alonso o realmente zafamos?
Optimismo cauteloso en Núñez
Si bien todavía no hay confirmación oficial, en River respiran. La posibilidad de tener a Borja para el Superclásico del domingo 27 revitaliza al equipo. Es como si a la Scaloneta le dijeran que Messi está para jugar la final del mundo, una inyección anímica que te cambia la perspectiva. «No queremos pecar de optimistas, pero la verdad que nos sorprendió para bien el diagnóstico. Vamos a ir monitoreando la evolución de Borja día a día», habría declarado una fuente cercana al cuerpo técnico, con el mismo hermetismo que un arquero cuidando su arco en un partido clave.
Con este panorama, Gallardo puede empezar a pensar en la estrategia para enfrentar a Boca. ¿Se animará a ponerlo de titular al Colibrí o lo guardará para el segundo tiempo, como un as bajo la manga a lo Mostaza Merlo? Lo cierto es que la presencia de Borja, aunque sea en el banco, ya le cambia la cara al equipo. Es un jugador que te puede definir un partido en una ráfaga, un goleador con el olfato que tienen pocos. Y en un Superclásico, esos detalles pueden marcar la diferencia entre la gloria y el fracaso, entre el asado del domingo y la semana de gastadas con el vecino bostero.
