Edinson Cavani, a pesar de no convertir, tuvo una actuación destacada contra Rosario Central y se ganó el aplauso de la Bombonera. Luis Suárez, su amigo y compañero en la selección uruguaya, lo bancó en redes sociales. El Matador, todavía con la espina del gol errado ante Alianza Lima, generó chances y demostró garra, aunque sigue sin poder romper la racha negativa.
La Bombonera, escenario de mil batallas, se vistió de gala para recibir a Boca luego del papelón copero. La eliminación con Alianza Lima todavía resonaba en los oídos del hincha, que llegó con la garganta afilada y el aplausómetro listo para usar. Silbidos para Gago, murmullos para algunos jugadores, y una mirada especial para Edinson Cavani. El Matador, con la mochila pesada del gol errado en la Copa, tenía la chance de redimirse ante Central.
Cavani: ¿héroe o villano?
El partido arrancó y Cavani, como buen caudillo charrúa, la corrió todas. Participativo, movedizo, generando peligro… pero con la pólvora mojada. Dos situaciones claritas que un goleador de su talla normalmente manda a guardar, se fueron desviadas. ¿Te acordás del Bambino Veira diciendo «la pelota no dobla»? Bueno, parece que a Edi se le olvidó el manual. Pero el hincha, que lo había silbado en la previa, reconoció el esfuerzo y lo despidió con aplausos. Una actuación a lo Palermo en sus inicios: mucha garra, poco gol.
La banca del Pistolero
Y como si fuera poco el reconocimiento de la 12, llegó la banca pesada desde Miami. Luis Suárez, amigo y compañero de mil batallas en la Celeste, le dedicó un mensaje en redes: «Siempre respeto! Grande Edi Cavani». Un mimo al alma para el Matador, que sabe que en el fútbol, como en la vida, los amigos son los que te bancan en las malas. Y si el que te banca es un crack como Lucho, mejor todavía. Es como si te dijera “tranquilo botija, que yo también erré goles cantados”.
El partido del Matador
Cavani fue, sin dudas, uno de los puntos más altos de Boca. Se movió por todo el frente de ataque, asistió a sus compañeros y hasta hizo amonestar a un rival con su gambeta endiablada, a lo Messi en sus mejores épocas. Tuvo una chance clarísima en el primer tiempo, un enganche de lujo y una definición que se fue apenas afuera. En el complemento, habilitó a Palacios para el 2-0, pero el VAR, ese enemigo moderno del fútbol, lo agarró en offside. A pesar de la falta de gol, la gente reconoció su esfuerzo y lo despidió con aplausos. Como diría el Diego, “la pelota no siempre entra, pero el huevo hay que ponerlo siempre».
El reconocimiento de la Bombonera
A los 42 del segundo tiempo, Cavani fue reemplazado. Y ahí, en ese momento, la Bombonera se rindió a sus pies. Aplausos, cánticos y el reconocimiento a un jugador que, a pesar de no haber convertido, dejó el alma en la cancha. Es cierto que la falta de gol preocupa, pero si mantiene este nivel de entrega, los goles van a llegar solos. Como diría Mostaza Merlo, «paso a paso, muchachos».
