Facundo Colidio, con una sequía goleadora en superclásicos que ya acumula 283 minutos, busca con ansias su primer grito frente a Boca. A pesar de sus 21 goles en River, el delantero todavía no pudo convertirle a su ex club. ¿Se le dará en el próximo encuentro?
Colidio y el Superclásico: Un romance esquivo
Facundo Colidio, jugador de River hace ya 632 días, ha demostrado su valía con 21 goles en 82 partidos. Sin embargo, un fantasma lo persigue: la falta de gol en los Superclásicos. Es como si el arco de Boca se achicara ante su presencia, cual si fuera el Goycochea del 86′ pero al revés. A pesar de sus siete asistencias, ninguna ha sido en el partido más importante del fútbol argentino. Una deuda pendiente que Colidio busca saldar con la misma garra que el Muñeco Gallardo le metía a los partidos.
Los números no mienten… ¿o sí?
En 283 minutos jugados en Superclásicos, Colidio remató cuatro veces al arco, desvió otros cuatro y estrelló un tiro en el poste. Una estadística que, a simple vista, podría indicar una buena participación en ataque. Sin embargo, como diría el Bambino Veira, «el fútbol no es para cualquiera», y en la cancha se percibe una ansiedad que le juega en contra. Las ganas de convertirle a su ex club parecen opacar su capacidad de definición. Recordemos aquel partido en la Bombonera donde Colidio tuvo dos chances clarísimas: una se fue por arriba del travesaño y en la otra, Enzo Díaz tuvo que corregir una mala definición suya para marcar el 2-0.
Posteriormente, en el Superclásico siguiente, un remate suyo que besó el palo izquierdo de Romero casi se convierte en una obra de arte, un gol a lo Maradona contra los ingleses, pero la suerte no estuvo de su lado. En ese mismo encuentro, un centro suyo casi termina en gol de Borja. El destino, caprichoso como un penal mal cobrado, le niega el grito sagrado.
El grito silencioso de Colidio
La frustración de Colidio es evidente. ¿Quién no recuerda su eufórico festejo en el gol de Lanzini en la Bombonera? Un grito frente a la hinchada rival que demostraba su pasión, pero también sus ganas contenidas de ser él quien marcara la diferencia. Colidio quiere su propio gol en el Superclásico. Anhela festejar con la misma intensidad con la que lo hizo en el 1-0 ante Atlético Tucumán, post Supercopa Internacional. Busca consolidarse en el tridente ofensivo junto a Driussi y Mastantuono, una delantera que promete tanto como la selección del 86′.
Colidio quiere gritar un gol para River, el club que él mismo definió como «el más grande», y así demostrarle su compromiso. Un gol que lo libere de la obsesión, que silencie a los críticos y que lo consagre como un ídolo del club de Núñez. La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿cuándo llegará ese tan ansiado gol? Solo el tiempo, y el próximo Superclásico, lo dirán.
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