Duarte, de villano a héroe en el clásico: «Casi juego en Boca»

A Gaspar Duarte se le venía negando el grito sagrado en Rosario Central. A pesar de la confianza que Ariel Holan depositaba en el pibe de 22 años, la pelota parecía esquivarle el arco. Los hinchas, implacables como siempre, empezaban a sembrar dudas. Pero el fútbol, señores, tiene esas cosas: cuando menos lo esperabas, ¡zas! El golazo en el clásico contra Newell’s, y de golpe, la imagen del jugador se cotizó como un buen asado un domingo al mediodía. Al día siguiente, Duarte, todavía con la adrenalina a mil, confesó: «Estoy muy feliz porque las cosas no se venían dando». ¡Y cómo no estarlo, muchacho!

Pero la cosa no quedó ahí. El delantero, en charla con ESPN, soltó una bomba: ¡estuvo a un tris de ponerse la azul y oro! «Hice unas pruebas en Clorinda y quedé. Pero después no me llamaron para hacer la última prueba en Boca», reveló. Y la historia tiene otro capítulo: «Boca me llamó justo un día antes de firmar con Central. Ahí tenía que tomar una decisión, pero decidí firmar acá en Central y creo que fue lo mejor para mí». ¡Tremendo! ¿Se imaginan a Duarte festejando en la Bombonera? El destino, caprichoso como la Scaloneta en el Mundial, lo puso en el camino del Canalla.

Dejando de lado el coqueteo con el Xeneize, Duarte no se guardó nada al hablar de la alegría que significó marcar en el clásico. Y es que, a veces, el fútbol parece escrito por el mismísimo Fontanarrosa: «Estoy muy contento, sobre todo porque se me abrió el arco en un clásico. Poder haber ganado con un gol mío es una felicidad enorme», aseguró el pibe. ¡Y no es para menos! Bautismo de fuego en la caldera del clásico rosarino, un sueño hecho realidad.

Para colmo, el gol llegó en un momento complicado. Venía de fallar goles cantados ante San Martín de San Juan y Riestra, esos que te hacen replantear si el fútbol es lo tuyo. Se rumoreaba que Holan podía mandarlo al banco, pero el deté bancó la parada. Y Duarte, como todo buen jugador, respondió con creces: «La decisión era del entrenador y, sea cual sea el jugador que elija iba a ser la correcta porque todos estábamos bien, pero lo supe aprovechar: él confió en mí y lo demostré con un gol». ¡Qué lindo es el fútbol cuando te da revancha!

Ahora, Duarte quiere aprovechar este envión anímico para convertirse en una pieza clave en el esquema de Holan. El deté que le dio la confianza cuando las papas quemaban, y al que le respondió con un gol que, por ahora, es uno de los más importantes de su carrera en el Canalla. Veremos si este es el punto de partida para que Duarte se convierta en el nuevo ídolo de la hinchada, o si queda solo en una anécdota para contar a los nietos. ¡El tiempo dirá!