Lautaro Millán, tras recuperarse de una lesión, metió un golazo en el clásico contra San Lorenzo, marcando su primer tanto en Primera y dándole la victoria parcial al Rojo.
El pibe Millán, la joya del Rojo, volvió con todo y se mandó un golazo de otro planeta.
Después del susto que nos dio la patada criminal de Quiróz –que, seamos sinceros, mereció roja directa y suspensión por tres fechas, mínimo–, Lautaro Millán volvió a las canchas y lo hizo a lo grande. En el clásico contra el Ciclón, el pibe no solo demostró que está hecho de otra pasta, sino que también se despachó con un golazo que hizo delirar a toda la hinchada de Independiente.
Un regreso soñado para el pibe Millán
Recordemos: el 13 de febrero, en la goleada 3-0 contra Vélez, Millán salió entre lágrimas por una lesión en la rodilla. Se temía lo peor, una rotura de ligamentos que lo dejara afuera por meses, como le pasó al Kun Agüero en su momento. Pero por suerte, solo fue un esguince. Y si bien la recuperación le llevó un mes, el pibe laburó a lo Palermo en el gimnasio y llegó justito para el clásico.
Vaccari, que lo conoce bien, lo mandó a la cancha de titular, y la verdad, la jugada le salió redonda. A los 12 minutos del primer tiempo, Millán agarró la pelota, encaró como si fuera el mismo Bochini, y viendo que lo tenían rodeado, sacó un bombazo desde afuera del área que se clavó en el ángulo derecho de Gill. Un golazo a la Messi, imposible para cualquier arquero.
El primer grito sagrado en Primera
Y como si fuera poco, este fue el primer gol de Millán en Primera. El pibe venía jugando bárbaro, era figura en casi todos los partidos, pero el gol se le negaba. Parecía que tenía la pólvora mojada, como le decían a Caniggia en sus inicios. Pero bueno, todo llega en la vida, y qué mejor que hacerlo en un clásico y con un golazo de esos que quedan en la memoria.
Un futuro brillante para el Rojo
Con este triunfo, Independiente se afianza en la punta del campeonato y demuestra que tiene un equipazo. Pero más allá del resultado, lo importante es que Millán volvió con todo y demostró que es un jugador diferente. Un crack con todas las letras, que promete alegrías para el Rojo por muchos años. Habrá que ver si mantiene el nivel, si no se agranda con la fama, pero la verdad, pinta para crack. Ojalá no se lo coma el personaje, como le pasó a tantos otros.
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