Ezequiel Cerutti, el «Pocho», la volvió a meter para San Lorenzo. Entró desde el banco y le dio el triunfo al Ciclón ante San Martín de San Juan con un zurdazo que picó justo donde no debía. El equipo de Boedo se prendió en la lucha por el campeonato.
El Pocho Cerutti, el as de espadas de Russo en San Lorenzo
El Pocho siempre está. No necesita ser titular para ser figura. Como un “Burrito” Ortega entrando en el segundo tiempo, Cerutti demostró una vez más su importancia en San Lorenzo. Este viernes, junto con Cuello, Ezequiel Cerutti fue la llave para destrabar un partido chivo. Es el jugador número 12, el revulsivo que todo técnico quisiera tener. No es Reali, pero cuando entra, responde. Ante San Martín de San Juan, con un Boedo que venía de tres empates al hilo, el Pocho metió un gol clave para que el Cuervo se llevara los tres puntos y se prendiera en la pelea por el campeonato.
Un zurdazo que valió tres puntos
El partido estaba para cualquiera. San Lorenzo no la pasaba bien en San Juan. Pero a los 24 del segundo tiempo, el Pocho entró por el segundo palo como un tren sin frenos y aprovechó una salida en falso de Borgogno, el arquero de San Martín. Quedó medio a los tumbos, como si fuera el “Beto” Alonso gambeteando en el barro, pero le alcanzó para meter un zurdazo que se coló en el arco. Un gol que gritó todo Boedo, un gol que valió tres puntos de oro.
«Fue un gol importante…», dijo el Pocho.
El último grito sagrado del Pocho había sido en noviembre del año pasado, también para un 1-0 agónico. “Fue un gol importante porque sirvió para ganar contra un rival que salió a presionar. Había que correr y meter. Estamos arriba, vamos a dar pelea hasta el final”, declaró Cerutti después del partido. Palabras de un jugador que sabe lo que es ponerse la camiseta y dejar todo en la cancha. Un jugador que, aunque no sea titular indiscutido, siempre está listo para la guerra. Como decía el Bambino Veira, «la pelota no se mancha». Y el Pocho, con su zurda mágica, lo volvió a demostrar.
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