Los capos del Olympique de Marsella visitaron el Monumental, intercambiaron camisetas y hubo charlas de camaradería. Enzo Francescoli recordó su paso por el club francés y su influencia en Zinedine Zidane.
El Monumental, escenario de lujo para una visita internacional. La victoria agónica contra Atlético Tucumán y la presentación de Kevin Castaño quedaron en segundo plano ante la llegada de la pesada del Olympique de Marsella. Pablo Longoria, presidente del club francés, y su comitiva, que incluía al mismísimo Fabrizio Ravanelli, pisaron el césped híbrido y recorrieron el Museo River como si fueran turistas en Disney.
Un encuentro de gigantes en Núñez
Jorge Brito, Ignacio Villarroel y Enzo Francescoli, la plana mayor de River, recibieron a los franceses con todos los honores. Intercambio de camisetas, recorrida por el estadio con capacidad para 85.018 almas (casi como meter a toda la población de Gualeguaychú en una sola cancha), y una cena de camaradería en el restaurante Banda. ¿Habrán comido asado? La duda persiste.
Francescoli, con la clase que lo caracteriza, charló con Longoria y Ravanelli sobre sus épocas en el Marsella a fines de los ’80, después de su paso por el Racing de París. Como si fuera un picado en el barrio, pero con más glamour.
Zidane, el Enzo Francescoli francés
Y hablando de Francia, imposible no mencionar la admiración de Zinedine Zidane por el Príncipe. El propio Zizou confesó que Enzo fue su ídolo de pibe: "Era mi referente. Tenía como 13 años y cuando lo vi dije: ‘quiero ser como él’". Casi como cuando uno ve a Messi gambetear y piensa: “quiero hacer eso con la pelota, pero probablemente termine con un esguince de tobillo”. Zidane, con la humildad de los grandes, agregó: "Siempre estoy en contacto con Enzo: fue, es y será mi gran ídolo."
La influencia de Francescoli en Zidane fue tan grande que hasta le puso Enzo a uno de sus hijos. Un homenaje que va más allá de un simple nombre, es como bautizar a tu perro “Maradona” después del Mundial del ‘86. Zizou declaró: "En Francia no había mucho extranjero y cuando vino Enzo, sudamericano, vimos que era otro fútbol, diferente. Hacía cosas con el balón. Era un mago y yo quería hacer lo mismo." Bah, lo que todos intentamos hacer en alguna canchita, pero con menos éxito.
El alumno superó al maestro
Francescoli, con la modestia que lo caracteriza (casi como la de Gallardo después de ganar la Libertadores), reconoció la influencia en el astro francés pero tiró la pelota afuera: "Zidane dijo después que aprendió a jugar al fútbol mirándonos en esos momentos desde la tribuna del Marsella. Pero está claro que el alumno superó al maestro porque fue uno de los que mejor control tenían del balón." Un elogio con sabor a gambeta, al mejor estilo Enzo. Como un pase de Riquelme, sutil pero efectivo.